En la Sierra Tarahumara hay actualmente una crisis en la producción de alimentos, principalmente de frijol y maíz, de éste último sólo se obtuvieron 18 mil toneladas de autoconsumo, cuando en años anteriores se lograba una producción de hasta 32 mil toneladas, según el reporte estadístico de la Secretaría de Desarrollo Rural del Estado.
Al cierre del año 2017 y en las previsiones para el actual, la SDR reportó que se trabaja a través de distintas iniciativas, pues la producción les garantiza abasto solo por el primer trimestre de este 2018, por lo que se prevén complicaciones derivadas de la baja producción en la región serrana, dedicada principalmente a la siembra para autoconsumo.
La SDR considera que sin la intervención de los diversos niveles gubernamentales va a haber hambruna ya que la siguiente cosecha sería hasta el mes de octubre. Actualmente existe un déficit de 12 mil toneladas de maíz de autoconsumo en la sierra, derivado de la escasez de la lluvia del año pasado durante los últimos 45 días del ciclo agrícola.
Por ello, la SDR delineó varias estrategias de apoyo para evitar que los habitantes de la sierra pasen hambre, entre las que se encuentran: reactivar la parte productiva a partir del programa de incentivos; entregar los recursos del Seguro Catastrófico a esos municipios, y buscar la entrega anticipada del Proagro para alrededor de 40 mil hectáreas.
SAGARPA OFRECE APOYOS
La Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación en Chihuahua, reconoció la problemática de la baja en la producción de autoconsumo en la Sierra Tarahumara y otras partes del estado. Por ello, el delegado de la Sagarpa, Isaac Cepeda Romero, señaló que se estableció un Programa de Incentivos para Productores de Maíz y Frijol, que este año buscará aportar 55 millones de pesos para 18 mil pequeños productores del estado.
Agregó que será en conjunto con las autoridades de cada municipio, con quienes se coordinarán para que se entreguen los recursos, luego de cumplir con la reglamentación requerida.
ABANDONAN SUS TIERRAS
La falta de cosechas en años anteriores ha llevado a miles de indígenas tarahumaras, pimas, guarojíos y tepehuanos a migrar a las grandes ciudades, fenómeno que también se está contemplando para este año, según las proyecciones de la Comisión Estatal de los Pueblos Indígenas.
Por ello en la actualidad, los municipios con mayor población indígena son Guachochi y Guadalupe y Calvo, enclavados en la profundidad de la sierra, con 40 mil y 25 mil habitantes de pueblos originarios, respectivamente; pero les siguen Chihuahua y Juárez, las dos ciudades más grandes de la entidad, que rondan el millón de habitantes cada una, con una población indígena que se estima entre 20 mil y 25 mil pobladores en cada una.
En Cuauhtémoc, otro de los municipios urbanos de mayor crecimiento, tiene una población indígena de 5 mil personas; Delicias tiene alrededor de 3 mil y Parral unos 2 mil 500, siendo estas también parte de las ciudades más grandes del estado.
En estos municipios urbanos los indígenas llegan a asentamientos irregulares sin expectativas de ingresos para alimentarse, por lo que generalmente piden limosna (Kórima, vocablo indígena que se traduce como “comparte”).