María de Lourdes estuvo recluida dos años y tres meses en el Centro de Reinserción Social (Cereso) de Pachuca, tras ser inculpada de la muerte de su madre y hermano.
El 26 de marzo de este año fue sentenciada a 34 años de prisión, sin embargo, la autoridad judicial no pudo comprobar ninguna responsabilidad en el delito de homicidio agravado y le fue concedida su libertad.
Acudió a la redacción de El Sol de Hidalgo para manifestar que al parecer todo el proceso legal fue manipulado por su sobrina, quien la señaló del crimen y convenció al Ministerio Público de mostrar pruebas falsas en el tribunal.
En 2015 y 2017, se publicaron en este diario los hechos basados en datos oficiales de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) y declaraciones de los propios vecinos de María, quienes la señalaban en su momento de cometer el doble asesinato.
“No tuvo nada que ver, no hubo una sola prueba en su contra y por eso absolvieron la investigación, además la tacharon de adicta cuando nunca ha consumido drogas, y tampoco pretendía apoderarse de la casa de su mamá”, dijo el esposo de la quejosa.
Ya en libertad, María exige que la autoridad competente investigue y castigue al o los verdaderos homicidas, además de la persona que provocó su encarcelamiento.
“Hicieron muchos movimientos en esos dos años y tres meses, en cuatro ocasiones difirieron el juicio, lo estuvieron alargando, no se presentaba la sobrina que me inculpaba, ni los peritos ni la investigación.
Se les vino encima el tiempo y me encarcelaron, no mostraron pruebas físicas en mi contra, se basaron en llamadas telefónicas que porque según mi ubicación estaba cerca de la casa de mi mamá, aunque nunca pudieron probar mi ubicación, ni siquiera los indicios coincidían con mi persona y me causaron un gran daño, por ello, exijo se limpie mi imagen”, añadió María finalmente.