/ sábado 22 de septiembre de 2018

Theresa May: el Brexit en un “callejón sin salida”

La primera ministra británica considera una falta de respeto rechazar las propuestas del proyecto

Francia – Las negociaciones sobre el Brexit con la Unión Europea (UE) se encuentran en un “callejón sin salida”, advirtió ayer la primera ministra británica Theresa May en un dramático mensaje que leyó desde sus oficinas de Downing Street.

Apenas 24 horas después de la cumbre de Salzburgo (Austria), consideró que la actitud de la UE, al rechazar sus propuestas sobre el Brexit, había sido una “falta de respeto” personal y para su país.

“Es inaceptable rechazar las propuestas sin explicación detallada y sin contrapropuestas”, afirmó. La acusación parece infundada por que, tanto el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, como el jefe de Estado francés, Emmanuel Macron, explicaron la decisión de los 27 miembros de la UE. En conferencias de prensa separadas indicaron que esa propuesta era incompatible con la integridad del mercado único y la soberanía del bloque. “Theresa May quiere un Brexit a la carta”, dijeron en síntesis.

La prensa británica interpretó la respuesta europea como una auténtica humillación para la primera ministra.

“Theresa May esperaba recibir palabras de aliento en Austria y quedó pasmada ante esa respuesta”, comentó por su parte el ensayista belga Marc Roche, autor del libro “El Brexit será un éxito”.

La posición intransigente de Bruselas y la presión de la prensa británica colocaron a May en una situación extremadamente difícil a una semana del congreso del Partido Conservador. May enfrentará en ese cónclave la presión de los partidarios de un “hard Brexit” (Brexit duro), encabezados por su ex canciller Boris Johnson, que tratan de precipitar su caída.

Sin duda por esa razón Theresa May endureció ayer el tono ante los europeos, dejando planear la amenaza de una salida sin acuerdo. “Es mejor ningún acuerdo que un mal acuerdo”, advirtió.

Esa opción, conocida como “blind Brexit” (Brexit ciego), provoca escalofríos entre los economistas y gran parte de los empresarios británicos. Pero también fue desautorizada por numerosos estudios—incluido uno del Banco de Inglaterra—, que la consideran “catastrófica” para Gran Bretaña.

El punto de bloqueo sigue siendo el futuro estatus de Irlanda del Norte. Según el gobierno británico, el llamado “plan de Chequers” que May expuso a la UE debería permitir mantener los intercambios económicos sin crear una “frontera física” entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda.

Sin acuerdo sobre ese punto, la negociación vuelve al punto en que se encontraba en diciembre último. Bautizada “backstop” en inglés, consiste en mantener a la provincia británica dentro de la reglamentación de la UE.

Esa idea es inaceptable para Theresa May y fuertemente resistida por los “pro-Brexit” más duros. “Es imposible aceptar nada que amenace la integridad del reino”, advirtió ayer. “Como dije a los dirigentes europeos, nadie debería pedir algo que sea inaceptable para el otro”, agregó.

En un comunicado publicado anoche después de las declaraciones de May, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, reafirmó su convicción de que “todavía es posible lograr un buen compromiso para todos”. Como había comentado el jueves en Austria, Tusk reiteró que las proposiciones británicas sobre la cuestión irlandesa o las reglas de cooperación económica “deben ser trabajadas y negociadas nuevamente”.

Como resultado de esa nueva crisis, la libra esterlina sufrió una nueva caída, prueba del creciente nerviosismo que provoca la situación en los poderosos medios financieros de la City.

Francia – Las negociaciones sobre el Brexit con la Unión Europea (UE) se encuentran en un “callejón sin salida”, advirtió ayer la primera ministra británica Theresa May en un dramático mensaje que leyó desde sus oficinas de Downing Street.

Apenas 24 horas después de la cumbre de Salzburgo (Austria), consideró que la actitud de la UE, al rechazar sus propuestas sobre el Brexit, había sido una “falta de respeto” personal y para su país.

“Es inaceptable rechazar las propuestas sin explicación detallada y sin contrapropuestas”, afirmó. La acusación parece infundada por que, tanto el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, como el jefe de Estado francés, Emmanuel Macron, explicaron la decisión de los 27 miembros de la UE. En conferencias de prensa separadas indicaron que esa propuesta era incompatible con la integridad del mercado único y la soberanía del bloque. “Theresa May quiere un Brexit a la carta”, dijeron en síntesis.

La prensa británica interpretó la respuesta europea como una auténtica humillación para la primera ministra.

“Theresa May esperaba recibir palabras de aliento en Austria y quedó pasmada ante esa respuesta”, comentó por su parte el ensayista belga Marc Roche, autor del libro “El Brexit será un éxito”.

La posición intransigente de Bruselas y la presión de la prensa británica colocaron a May en una situación extremadamente difícil a una semana del congreso del Partido Conservador. May enfrentará en ese cónclave la presión de los partidarios de un “hard Brexit” (Brexit duro), encabezados por su ex canciller Boris Johnson, que tratan de precipitar su caída.

Sin duda por esa razón Theresa May endureció ayer el tono ante los europeos, dejando planear la amenaza de una salida sin acuerdo. “Es mejor ningún acuerdo que un mal acuerdo”, advirtió.

Esa opción, conocida como “blind Brexit” (Brexit ciego), provoca escalofríos entre los economistas y gran parte de los empresarios británicos. Pero también fue desautorizada por numerosos estudios—incluido uno del Banco de Inglaterra—, que la consideran “catastrófica” para Gran Bretaña.

El punto de bloqueo sigue siendo el futuro estatus de Irlanda del Norte. Según el gobierno británico, el llamado “plan de Chequers” que May expuso a la UE debería permitir mantener los intercambios económicos sin crear una “frontera física” entre la provincia británica de Irlanda del Norte y la República de Irlanda.

Sin acuerdo sobre ese punto, la negociación vuelve al punto en que se encontraba en diciembre último. Bautizada “backstop” en inglés, consiste en mantener a la provincia británica dentro de la reglamentación de la UE.

Esa idea es inaceptable para Theresa May y fuertemente resistida por los “pro-Brexit” más duros. “Es imposible aceptar nada que amenace la integridad del reino”, advirtió ayer. “Como dije a los dirigentes europeos, nadie debería pedir algo que sea inaceptable para el otro”, agregó.

En un comunicado publicado anoche después de las declaraciones de May, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, reafirmó su convicción de que “todavía es posible lograr un buen compromiso para todos”. Como había comentado el jueves en Austria, Tusk reiteró que las proposiciones británicas sobre la cuestión irlandesa o las reglas de cooperación económica “deben ser trabajadas y negociadas nuevamente”.

Como resultado de esa nueva crisis, la libra esterlina sufrió una nueva caída, prueba del creciente nerviosismo que provoca la situación en los poderosos medios financieros de la City.

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