/ sábado 2 de septiembre de 2017

La batalla por el tercer puesto en la elección legislativa de Alemania

Angela Merkel tiene virtualmente asegurada la victoria contra el socialdemócrata Martin Schulz

Como la canciller Angela Merkel tiene virtualmente asegurada la victoria frente al candidato socialdemócrata Martin Schulz, el verdadero interés político de la elección legislativa en Alemania reside en la batalla por el tercer puesto.

  

Esa lucha opone a cuatro partidos que tienen entre 7 y 10 por ciento de intenciones de voto: Die Linke (extrema izquierda), los liberales del FDP, Los Verdes (ecologistas) y Alternativa para Alemania (AfD) de extrema derecha.

  

Después de verse forzada a gobernar aliada al Partido Social Demócrata (SPD) durante dos periodos, Merkel aspira a escapar de esa grosse Koalition (gran coalición). La única forma de salir de esa disyuntiva de hierro consiste en recurrir al FDP o Los Verdes porque, por razones ideológicas, no puede formar una coalición con Die Linke o el AfD.

  

Un sólido tercer puesto será decisivo para esos partidos porque puede mejorar sus posibilidades de incorporarse al gobierno y negociar puestos clave en el gabinete. Tradicionalmente, el aliado menor de una coalición recibe  —entre otros—  la responsabilidad de conducir la política exterior y el ministerio de Finanzas.

  

Si Merkel no obtiene una victoria concluyente, es posible que incluso ambos sean invitados a ingresar a la alianza gubernamental. En ese caso se crearía, por primera vez, una Jamaika Koalition, así llamada porque el color de los componentes recuerda la bandera jamaiquina: el negro que identifica a la democracia cristiana de Merkel, el amarillo de los liberales y el verde de los ecologistas.

  

Un buen resultado liberal, por lo demás, constituiría una consagración para el nuevo líder del FDP: Christian Lindner, un ex publicitario buen mozo de 38 años, logró sacar a su partido del ostracismo en el que había caído en 2013, cuando no reunió el 5% necesario para ingresar al Bundestag (Parlamento). Lindner hizo su campaña con un estilo de rock star e incluso la foto oficial de su campaña fue realizada por Olaf Heine, famoso por haber trabajado con Iggy Pop, Sting y Bono.

  

Frente a Schulz que “propone volver al pasado” y a Merkel que “promete no hacer nada”, ese joven ambicioso se presenta como el “candidato del futuro”. En parte es cierto porque su apuesta no es ser el “tercer hombre” en 2017, sino en convertirse en una verdadera alternativa de poder en 2021.

 

Como la canciller Angela Merkel tiene virtualmente asegurada la victoria frente al candidato socialdemócrata Martin Schulz, el verdadero interés político de la elección legislativa en Alemania reside en la batalla por el tercer puesto.

  

Esa lucha opone a cuatro partidos que tienen entre 7 y 10 por ciento de intenciones de voto: Die Linke (extrema izquierda), los liberales del FDP, Los Verdes (ecologistas) y Alternativa para Alemania (AfD) de extrema derecha.

  

Después de verse forzada a gobernar aliada al Partido Social Demócrata (SPD) durante dos periodos, Merkel aspira a escapar de esa grosse Koalition (gran coalición). La única forma de salir de esa disyuntiva de hierro consiste en recurrir al FDP o Los Verdes porque, por razones ideológicas, no puede formar una coalición con Die Linke o el AfD.

  

Un sólido tercer puesto será decisivo para esos partidos porque puede mejorar sus posibilidades de incorporarse al gobierno y negociar puestos clave en el gabinete. Tradicionalmente, el aliado menor de una coalición recibe  —entre otros—  la responsabilidad de conducir la política exterior y el ministerio de Finanzas.

  

Si Merkel no obtiene una victoria concluyente, es posible que incluso ambos sean invitados a ingresar a la alianza gubernamental. En ese caso se crearía, por primera vez, una Jamaika Koalition, así llamada porque el color de los componentes recuerda la bandera jamaiquina: el negro que identifica a la democracia cristiana de Merkel, el amarillo de los liberales y el verde de los ecologistas.

  

Un buen resultado liberal, por lo demás, constituiría una consagración para el nuevo líder del FDP: Christian Lindner, un ex publicitario buen mozo de 38 años, logró sacar a su partido del ostracismo en el que había caído en 2013, cuando no reunió el 5% necesario para ingresar al Bundestag (Parlamento). Lindner hizo su campaña con un estilo de rock star e incluso la foto oficial de su campaña fue realizada por Olaf Heine, famoso por haber trabajado con Iggy Pop, Sting y Bono.

  

Frente a Schulz que “propone volver al pasado” y a Merkel que “promete no hacer nada”, ese joven ambicioso se presenta como el “candidato del futuro”. En parte es cierto porque su apuesta no es ser el “tercer hombre” en 2017, sino en convertirse en una verdadera alternativa de poder en 2021.

 

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