/ miércoles 29 de septiembre de 2021

Crisis de energéticos paraliza a Gran Bretaña y China

Johnson intenta apaciguar el pánico; apagones en casas y fábricas chinas

LONDRES. Los precios del combustible, el cambio climático, el Brexit y la pandemia han acelerado una crisis energética que ahora mantiene paralizadas a dos de las principales economías mundiales: Reino Unido y China.

Mientras representantes trabajadores esenciales pidieron al gobierno británico que actúe para permitirles cargar gasolina tras varios días de escasez de combustible, en el noreste de China la falta de carbón provocó parálisis de la industria, racionamientos y demanda por más carbón.

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Debido al aumento disparado de los precios de la energía, la escasez de trabajadores, camioneros, mercancías y ahora de gasolina, la economía británica se enfrenta a una serie de crisis que podrían frenar la recuperación tras la pandemia y ensombrecer la Navidad.

Ante el desabasto, el primer ministro británico, Boris Johnson, urgió a la población a seguir “con sus asuntos de forma habitual” y a cargar combustible “como siempre, cuando se necesite”.

El ministro de Transportes británico, Grant Shapps, rogó a los conductores que dejen de llenar botellas de agua con combustible en las gasolineras, después de que las compras de pánico dejaron vacíos los surtidores en las principales ciudades y llevaron al gobierno a poner al Ejército en estado de alerta para transportar combustible en caso necesario.

Shapps pronosticó que el suministro se estabilizarían cuando la población vuelva a sus “hábitos de compra habituales”.

Sin embargo, organizaciones de médicos, enfermeros y personal penitenciario reclamaron que los trabajadores esenciales tuvieran acceso prioritario.

Incluso algunas escuelas consideraban volver a la enseñanza a distancia, abandonada desde el levantamiento de las restricciones contra el Covid-19. En tanto, enormes colas y escenas violentas se siguieron observando ayer en las gasolineras de todo el territorio británico.

En Welling, al sureste de Londres, un hombre sacó un cuchillo para atacar a otro mientras esperaba en su auto en una fila, y en West Sussex, al sur del país, dos grupos se enfrentaron a golpes durante la espera, consignaron medios locales.

PRESIONAN POR MÁS CARBÓN

Por su parte, China se enfrenta a una creciente presión para importar más carbón que garantice que las luces sigan encendidas, las fábricas abiertas y el agua fluyendo, en momentos en que una grave escasez de energía golpea el corazón industrial del noreste.

La escasez de electricidad provocada por una falta de carbón, que ha mermado gran parte de la actividad del sector, empujó al gobernador de la provincia de Jilin, una de las más afectadas de la segunda economía del mundo, a pedir más importaciones de carbón.

Según medios locales y redes sociales, la falta de energía apagó semáforos, ascensores de edificios y la cobertura de la telefonía móvil 3G, además de provocar el cierre de fábricas.

Ciudades como Shenyang y Dalian -donde viven más de 13 millones de personas- se vieron afectadas, con apagones en casa y fábricas que proveen a multinacionales como Apple y Tesla. Jilin es una de las más de 10 provincias con racionamiento obligado de electricidad.

Goldman Sachs estimó que hasta el 44 por ciento de la actividad industrial de China se ha visto afectada por la escasez de energía, lo que podría causar un descenso de un punto porcentual del crecimiento anualizado del PIB.

La escasez de energía se debe también al endurecimiento de las normas sobre emisiones de gases de efecto invernadero.

LONDRES. Los precios del combustible, el cambio climático, el Brexit y la pandemia han acelerado una crisis energética que ahora mantiene paralizadas a dos de las principales economías mundiales: Reino Unido y China.

Mientras representantes trabajadores esenciales pidieron al gobierno británico que actúe para permitirles cargar gasolina tras varios días de escasez de combustible, en el noreste de China la falta de carbón provocó parálisis de la industria, racionamientos y demanda por más carbón.

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Debido al aumento disparado de los precios de la energía, la escasez de trabajadores, camioneros, mercancías y ahora de gasolina, la economía británica se enfrenta a una serie de crisis que podrían frenar la recuperación tras la pandemia y ensombrecer la Navidad.

Ante el desabasto, el primer ministro británico, Boris Johnson, urgió a la población a seguir “con sus asuntos de forma habitual” y a cargar combustible “como siempre, cuando se necesite”.

El ministro de Transportes británico, Grant Shapps, rogó a los conductores que dejen de llenar botellas de agua con combustible en las gasolineras, después de que las compras de pánico dejaron vacíos los surtidores en las principales ciudades y llevaron al gobierno a poner al Ejército en estado de alerta para transportar combustible en caso necesario.

Shapps pronosticó que el suministro se estabilizarían cuando la población vuelva a sus “hábitos de compra habituales”.

Sin embargo, organizaciones de médicos, enfermeros y personal penitenciario reclamaron que los trabajadores esenciales tuvieran acceso prioritario.

Incluso algunas escuelas consideraban volver a la enseñanza a distancia, abandonada desde el levantamiento de las restricciones contra el Covid-19. En tanto, enormes colas y escenas violentas se siguieron observando ayer en las gasolineras de todo el territorio británico.

En Welling, al sureste de Londres, un hombre sacó un cuchillo para atacar a otro mientras esperaba en su auto en una fila, y en West Sussex, al sur del país, dos grupos se enfrentaron a golpes durante la espera, consignaron medios locales.

PRESIONAN POR MÁS CARBÓN

Por su parte, China se enfrenta a una creciente presión para importar más carbón que garantice que las luces sigan encendidas, las fábricas abiertas y el agua fluyendo, en momentos en que una grave escasez de energía golpea el corazón industrial del noreste.

La escasez de electricidad provocada por una falta de carbón, que ha mermado gran parte de la actividad del sector, empujó al gobernador de la provincia de Jilin, una de las más afectadas de la segunda economía del mundo, a pedir más importaciones de carbón.

Según medios locales y redes sociales, la falta de energía apagó semáforos, ascensores de edificios y la cobertura de la telefonía móvil 3G, además de provocar el cierre de fábricas.

Ciudades como Shenyang y Dalian -donde viven más de 13 millones de personas- se vieron afectadas, con apagones en casa y fábricas que proveen a multinacionales como Apple y Tesla. Jilin es una de las más de 10 provincias con racionamiento obligado de electricidad.

Goldman Sachs estimó que hasta el 44 por ciento de la actividad industrial de China se ha visto afectada por la escasez de energía, lo que podría causar un descenso de un punto porcentual del crecimiento anualizado del PIB.

La escasez de energía se debe también al endurecimiento de las normas sobre emisiones de gases de efecto invernadero.

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