Antecedentes. Como la mayor parte de los países latinoamericanos y con un régimen político presidencialista, México observa diversas etapas que atienden al contexto internacional, a la dinámica del conjunto del sistema político y de las condiciones de la participación en la democracia, así como las consideraciones que tienen que ver con las características geopolíticas específicas. Edmundo O’Gorman en su célebre Historia de las divisiones territoriales de México (Porrúa, primera edición 1937) precisa que para que un gobernante pueda encontrar las mejores opciones para el desarrollo del país, es conocer su geografía e historia.
En función de ese conocimiento, el tomador de decisiones cuenta con las mejores cartas para poder organizar y dirigir el trabajo de la sociedad y las instituciones.
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En ese ambiente, las relaciones civiles militares en México han observado una intensa evolución, en donde las Fuerzas Armadas han resultado ser un recurso fundamental para la ampliación de la democracia. Para el caso del sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, se puede documentar un cambio muy profundo en su percepción que va, del candidato por el partido Morena, al del punto de vista del Presidente electo y, por fin, a la actitud hacia el estamento militar ya como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas.
Contando con los recursos jurídicos, legislativos y de programa para el desarrollo del país, López Obrador ha tomado varias decisiones que han sido muy polémicas, pero que atienden a sus facultades constitucionales.
La diversidad de tareas asignadas a las Fuerzas Armadas, no alcanzarían a enlistarse en este espacio. Todavía en días recientes, anunció que la Armada de México, se hará cargo de la administración de dos aeropuertos en el estado de Sonora, así como del funcionamiento de una planta productora de químicos para diversos usos.
La visibilidad de las Fuerzas Armadas en la administración del gobierno federal, atiende a las decisiones del mismo Presidente, como ya se apuntó, pero también implica tomar decisiones para aplicar procedimientos enfocados directamente a la preservación y fortalecimiento de la filosofía de la carrera de las armas, a partir del mejor adiestramiento al alcance.
Y es aquí en donde el contexto internacional, en medio de crecientes tensiones, a la par de ser una de las fronteras mundiales más transitadas en el mundo, es que contar con Fuerzas Armadas con capacidades disuasivas, permite garantizar la libertad, independencia, soberanía y democracia de México. De allí su relevancia estructural en el conjunto del sistema político.
Por otra parte, la creación de la Guardia Nacional, atiende las exigencias para recuperar la paz y Seguridad Pública, que se ve afectada por la intensa actividad de las organizaciones criminales y la delincuencia común.
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Con tan sólo tres años y pocos meses de creación -30 de junio de 2019-, esta nueva institución tiene una muy importante responsabilidad para atender uno de los dos principales problemas de la población, los otros son la economía y el empleo. Los dos años por delante, son un escenario propicio para sentar las bases de la evolución de las relaciones civiles militares, en un contexto de paz y desarrollo.
@JOPso