México se plantea ser un líder mundial por la paz universal, no busca liderar América Latina, pero sí trabajará para que Estados Unidos coopere para el desarrollo de la región, tras décadas de sufrimiento de los pueblos, dice en entrevista con SemMéxico y El Sol de México, Patricia Ruiz Anchondo, quien se acaba de hacer cargo de la embajada de nuestro país en Colombia.
Explica que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dejado clara su línea de política exterior que plantea un liderazgo mundial para la paz y la unidad.
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“El resto del mundo pues significa mucho, es importante, pero para México la relación más importante es con América del Norte”, afirma.
Él tiene muy claro que su principal relación diplomática es con Estados Unidos, por lo que promoverá entre sus pares en la región latinoamericana que Joe Biden realmente coopere con el desarrollo de la región, para enfrentar asuntos centrales como el de la migración y el narcotráfico.
Estados Unidos, agrega la embajadora, no ha invertido nada hasta ahora y es más bien México quien está invirtiendo en Centroamérica, para que la migración no se resuelva sólo con violencia.
“El Presidente (quiere) que sea importante para América del Norte relacionarse de otra manera con América Latina, lo ha estado señalando en las mañaneras el Presidente. Ahora que va a ser la Cumbre de América del Norte –que inicia este lunes en la Ciudad de México, con la presencia del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau– seguramente va a haber algunos acuerdos que van a ser muy interesantes”, señala, quien se asume feminista y es adicta a la política de diálogo y las causas.
En larga charla, Ruiz Anchondo, quien se inaugura en la carrera diplomática, habla de trabajar para hacer que se cumplan los 16 acuerdos que firmaron el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y López Obrador, el 25 de noviembre pasado. “La tarea no es hacer política, sino diplomacia, donde son sustantivos el diálogo y la negociación”, asegura.
El presidente López Obrador aceptó en esa reunión la invitación del gobierno colombiano para que México acompañe las negociaciones con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), reinstauradas con la llegada de Petro en agosto pasado. La primera sesión tuvo como sede Caracas, Venezuela, y la segunda está programada para febrero en México.
Para ello, dice la ahora diplomática, de inmediato buscará a la vicepresidenta colombiana Francia Márquez, que ha dado una imagen especial al gobierno de Petro, porque es una destacada defensora de los derechos humanos, de las mujeres y los pueblos originarios, asuntos que importan a varios países de la región. México y Colombia trabajan en la construcción de un grupo de alto nivel entre ejércitos, para abordar una agenda que trate la migración, el narcotráfico y el medio ambiente, lo que, dijo, serán las bases de la paz total. Un diálogo para enfrentar problemas semejantes, como el doloroso desplazamiento de miles de personas; o el tema étnico y la lucha contra el racismo. Asuntos que se irán concretando, precisa.
La paz, afirma, se consigue con relaciones más respetuosas entre todos los países y con apoyo mutuo para impulsar el desarrollo. Para construir la paz, en el país sudamericano se nutrirá de las experiencias colombianas, desde las mujeres, con grupos como el de Mujeres de Negro.
El diálogo es fundamental
Hoy, para América Latina el camino es fomentar el diálogo no tratando de liderar, sino de dialogar y construir, por eso el Presidente habla de que haya una sola América, donde todos los países nos reconozcamos como hermanos, donde todos nos apoyemos para crecer y que dejemos atrás el tema de la violencia, ese es, asegura, un discurso muy poderoso.
“No se trata de que yo soy el líder de América, no, pero tampoco tú, porque han habido reclamos contra el presidente Biden porque recibió a Zelenski y le dijo ‘bienvenido a América’, y entonces el Presidente dice ‘perdón, América somos todos, ustedes son Estados Unidos, nosotros somos México, usted no es América. Sí vamos a ser América, vamos a serlo todos”, recuerda la diplomática.
Uno de los asuntos inmediatos será su participación en la segunda ronda de negociaciones del gobierno de Colombia con el Ejército de Liberación Nacional, que se celebrará en México, como país garante, para que este diálogo llegue a buen fin.
También se prepara una Feria Internacional del Libro, entre México y Colombia para abril próximo. Luego de reconocer lo que ha delineado el presidente Petro, de tender puentes, de hablar con todos sus oponentes, de escucharlos y dialogar con todas y todos, dijo que “nosotros tenemos que aprender”.
Violencia intrafamiliar
La relación con Colombia es importante, es el segundo socio comercial de México en América Latina después de Brasil; allá viven alrededor de 40 mil mexicanos y mexicanas. Además, México es el país más visitado por los colombianos.
Ruiz Anchondo, la cuarta embajadora en Colombia y quien forma parte del 34 por ciento de las mujeres en la diplomacia mexicana, dijo que se prepara para dar cauce a lo que en México se ha definido como política exterior feminista.
En espera de ser recibida por Petro, una de sus preocupaciones es dar atención a las demandas de las mexicanas que viven en Colombia, algunas de las principales son la violencia de pareja con colombianos y la situación de los menores, asuntos que están en su plan de trabajo.
Además, la situación de los connacionales en cárceles colombianas. Planea establecer amplias relaciones con los sectores de mujeres y todo lo que ello significa, para contribuir a la “oxigenación para la democracia”, un tema que le viene bien a México, para fortalecer la “hermandad” de la que hablaron los presidentes de ambos países en México.
Convencida, luego de una larga carrera como activista y dirigente popular, que su tarea es concretar los acuerdos. “Tengo que dejar atrás la parte de confrontaciones que se da de manera natural en la política”, expresa convencida.
La confrontación y la guerra, dijo, causó mucho sufrimiento, persecución; hoy tenemos que ir construyendo un paso a la vez para crear una sociedad más dialogante, que podamos abrir nuestros oídos para escuchar al otro y a la otra, que podamos hablar para construir el México que deseamos, eso es fundamental.
Agrega que tenemos que aprender, ese es el papel de la diplomacia. “Estoy contenta, porque no voy a pelear, voy a construir, a darle seguimiento a acuerdos, a luchar por causas, debemos retomar desde la política la lucha por las causas, eso es lo más importante, en la política no es lo más importante estarnos peleando, la política es para construir, tenemos que construir. Un ejemplo es mirar en Colombia cómo se desarrollará la política de paridad y derribar en la diplomacia la idea de que las mujeres no están listas para representaciones femeninas”.
El Narcotráfico
Desde Colombia se ha dicho que se fracasó en el combate al narcotráfico, por lo que, explicó la embajadora, ahora los acuerdos los tienen que definir los presidentes en asuntos como la política de la guerra contra el narcotráfico, tratando de que la sustitución de cultivos sea una realidad o la despenalización de las plantas.
Acuerdos que deben darse en los congresos y en el Ejecutivo. En Colombia, el presidente Petro ya informó que habrá una estrategia para el Amazonas. Él dice que hay que defender la planta de la coca, ahora criminalizada, poniendo en crisis esa postura; plantea un método muy interesante de cooperación con Estados Unidos para que el ejército estadounidense ayude a regar el
Amazonas para parar los incendios, más que a combatir el narcotráfico con violencia. Está poniendo a los soldados a regar el Amazonas para apagar los incendios, una propuesta que va a impactar a toda América.
Ruiz Anchondo consideró que esos planteamientos mueven las conciencias: cuando se habla de la paz total es paz total; es un planteamiento muy interesante que desde luego se va a tratar en la interparlamentaria que se planteó como uno de los acuerdos firmados en noviembre en México y esto lo tienen que definir entre los presidentes, cómo va a ser la política de la guerra contra el narcotráfico, tratando, por supuesto, de que la sustitución de cultivos sea una realidad o la despenalización.
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“No sé cómo vaya a quedar ese acuerdo, porque sí tiene que ser a nivel de congresos y a nivel presidencial; considero que sobre ello también hay que ver la experiencia de Bolivia que ya legalizó la coca”.
Este tema, dijo, será parte de los diálogos en la Alianza del Pacífico, que ahora está pendiente debido a los acontecimientos en Perú.
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