En la comunidad de Durango, municipio de Zimapán, los campesinos plantan y producen manzanas rojas y verdes, frutos de temporada que son cortados en los meses de julio y agosto para el autoconsumo así como para la venta al menudeo.
A la orilla de la carretera federal número 85, conocida como Panamericana México–Laredo, los habitantes de la región de la Sierra Gorda colocan puestos provisionales para la venta de este fruto.
Sin embargo, productores informaron que la cosecha de este año fue escasa, esto debido a la falta de lluvia, la cual no ha socorrido a los campesinos.
Si bien han logrado transformar la manzana en otros productos como ate, vino o mermelada, este año debido a la baja producción, su economía se verá afectada de manera significativa.
Los productores informaron que los precios actuales del ate está en 100 pesos la barra, el kilo de manzana en 50 pesos y el kilo de mermelada en 200.
En años pasados se cortaban alrededor de dos a tres cajas por mata, mientras que en el ciclo actual sólo se pudieron cosechar una caja de manzana por mata, situación que ha causado preocupación.
La manzana aporta vitaminas B1 y B6, que evitan el agotamiento mental y refuerzan la memoria. También es fuente de fósforo, mineral presente en los fosfolípidos del cerebro, potasio y sodio, indispensables para la conducción nerviosa, así como para fortalecer el pelo y uñas.
Los productores se mostraron preocupados por la falta de agua que cada ciclo se agudiza aún más, por lo que temen que sus plantas perezcan y no logren sobrevivir hasta el siguientes años.