En entrevista, Juan Pedro Juárez Meléndez, obispo de Tula, informó que la violencia que azota al país ha afectado a la familia que es el engranaje de la sociedad, situación que ha fragmentado el tejido social.
“La violencia que reina en los hogares y en el país afecta el tejido social, esto representa que somos frágiles; hay mucha indiferencia y se están alejados de Dios, pedimos por que cambie la situación en que vivimos, la fe tiene que remover el rencor y la envidia”, lamentó el representante de la Iglesia.
El obispo explicó que se requieren valores para construir una nación justa, “queremos una patria con justicia, que progrese en la paz y en la reconciliación, lamentablemente todas las familias están desintegrándose, la familia es la célula de la sociedad, si esto sucede no esperamos otra cosa, si una familia descuida la educación de sus hijos, si no aprende los valores para ser buenos ciudadano que se espera”, dijo.
Ante los preceptos constitucionales que dividen a la Iglesia y al Estado Mexicano, el obispo de Tula manifestó: “los valores religiosos no están peleados con los valores universales, la justicia, el respeto, no hay ninguna contradicción entre los valores de la iglesia y los valores que busca el Estado a través de la educación”.
Finalmente, Juárez Meléndez expuso que “algunos quieren separar lo civil de lo religioso, ¿cómo podemos disociar a la persona, que es alma y cuerpo, cuerpo y espíritu? Entonces en la vida real no podemos separar lo espiritual y lo material, somos una unidad, esa unidad le llamamos persona, y la persona al mismo tiempo que es creyente que en este caso es católico al mismo tiempo es ciudadano de este país”.