Los incendios naturales o provocados en los pastizales de tules del Valle del Mezquital, se intensifican en las temporadas de calor, tiempo en que estos pastizales se encuentran secos.
El tule (Su nombre científico es Schoenoplectus acutus), también es conocido como junco o espadaña, es una planta acuática nativa de los lagos y pantanos de Norteámerica.
Su nombre se deriva del náhuatl tōlli (n) que significa ‘junco’; el cual fue difundido por los colonizadores españoles fuera de la zona de habla náhuatl; nombre que se conserva hasta nuestros tiempos en diferentes países.
Esta planta posee un tallo redondo de verde intenso, que alcanza entre 1 y 3 metros de altura, con largas hojas similares a las del pasto, y racimos de pálidas y parduscas flores radialmente simétricas que vuelan con el viento para crecer en otras humedales.
En temporada de calor comienzan a perder agua y se deshidratan, por lo que pierden su color verde que los caracteriza, y se tornan café claro, por lo que se vuelven leña para la hoguera.
Las temperaturas elevadas en ocasiones generan que las llamas comiencen, situación que se agrava a medida de que los vientos soplan, y las hojas de los juncos se prenden con facilidad, lo que genera grandes cortinas de humo y lluvia de cenizas por varios kilómetros a la redonda.
En otras ocasiones estos incendios son provocados de manera intencional, debido a la volatilidad de los tules, y una chispa puede desencadenar incendios que puede durar varias horas hasta que todo el pastizal de juncos sea consumido.
Los campos de tule, son ecosistemas donde viven peces como los charales o mojarras, así como aves como patos y garzas, que alimentan en estos humedales, también en estos hábitat se pueden encontrar culebras acuáticas.
Los tules cumplen una importante función ecológica en las riberas de los lagos y estanques, sirviendo de defensa contra los embates del viento y las olas, permitiendo el crecimiento de otras plantas.