Para implementar acciones a corto plazo, sumadas a las de larga duración como estrategia para frenar el cambio climático, disminuir sus efectos y mejorar la vida de la población en general, necesitamos más que nunca informar a la gente, el desarrollo de capacidades y una gran participación.
Así lo consideró la investigadora del Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático (ICAyCC) de la UNAM, Amparo Martínez Arroyo, quien aseveró que si no tenemos claro que hay que reducirlo al mismo tiempo en que cambiamos nuestras prácticas de emisiones, si no lo sabemos, la adaptación y la reducción de la vulnerabilidad serán más complicados.
Al participar en el seminario permanente Ecología política y Estudios socioambientales, aseveró que las universidades tienen la obligación moral de transmitir a la sociedad las advertencias y propuestas en este tema, ser receptivos a lo que plantea, a fin de “tener un impacto en el tiempo que nos toca”, advirtiendo que “diversos estudios han mostrado que la inacción para ciudades como México o en terrenos como la agricultura, el control del agua puede tener graves consecuencias sociales y económicas”.
Martínez Arroyo recordó que vivimos en un mundo con 1.1 grados más que en la era preindustrial, y se prevé que los efectos desastrosos se incrementarán si continúa el aumento de la temperatura, por lo que ahora se habla de los daños biológicos y de las consecuencias socioeconómicas.
En relación con los riesgos pluviales, destacó que se espera un daño anual en el país por siete mil millones de dólares y por inundaciones costeras de hasta 130 millones de dólares, donde Tamaulipas, Veracruz y San Luis Potosí serán las entidades con mayores niveles de riesgo por inundación.