Los sabores y aromas de la huasteca hidalguense llegaron a Tulancingo por un par de emprendedores que venden atoles de la receta de su padre Ariel Naranjo Cuevas, una tradición que nutre que esta llena de color y cultura.
Dos jóvenes originarios de Huejutla interesados en dar a conocer las delicias de su natal municipio, fabricantes de chocolate decidieron llevarlo más allá y mostrarlo a través de los atoles.
Atoles de todos sabores y colores
Los hay de todos los colores, aromas y sabores, como es el chocolate artesanal, el champurrado, también hacen de grano de elote, de guayaba, de arándano, de maracuyá, de jobo y de algunas otras frutas dependiendo de la temporada.
De acuerdo con Gustavo Giovani Arroyo Díaz, emprendedor y productor, tienen una gran variedad de sabores, son cerca de diez, algunos de ellos exóticos como el beso de novia que está hecho a base de nuez con rompope, "la gente lo pide mucho".
Contó que los atoles los exhiben en ollas de barro para que sea más atractivo para los comensales.
La tradición de la Huasteca en Tulancingo
Destacó que han dado a conocer su producto sobre todo en ferias en donde llevan atoles de diferentes sabores pero con un toque artesanal.
"Quisimos traer la tradición de la huasteca para que lo conozcan las diversas regiones del estado, pretendemos agrandarlo a todo el país", adelantó.
Tal ha sido su éxito que tienen pensado abrir un establecimiento en donde las personas puedan degustar de los tradicionales atoles.
Una delicia artesanal
Recalcó que la materia prima con la que hacen esta bebida milenaria la traen desde la huasteca.
Compartió que no utilizan azúcar sino que los endulza con piloncillo dándole un sabor único que los distingue.
Por último, dijo que el chocolate lo fabrican y los procesan, y en especial para este atole y el champurrado utilizan leche, los demás son a base de agua.