“Muchas heridas causadas por la inesperada explosión que se registró el pasado 18 de enero de 2019 en el municipio de Tlahuelilpan y que dejó al menos 137 víctimas mortales, irán sanando con las bendiciones de Dios y su hijo Jesucristo, que ahora las necesitan más que nunca los deudos para que se reincorporen a su vida cotidiana en el hogar, en estudios o sus respectivos trabajos, pues todavía hay dolor en sus corazones por la tragedia”.
Así lo expresó ayer el obispo de Tula, Juan Pedro Juárez Meléndez, quien añadió que sobre las promesas de ayuda que les hicieron representantes del Gobierno federal a los deudos de las víctimas de la explosión ocurrida hace tres años, solamente los familiares podrán responder siesa ayuda ha llegado o no hasta el día de hoy.
El líder religioso dijo que a tres años de distancia de este lamentable suceso, en el que aproximadamente 137 familias perdieron a uno o algunos seres queridos durante la contingencia, la Iglesia católica siempre las ha tenido presentes en sus oraciones y les pidió que no se sientan solas o abandonadas porque Dios nunca les va a negar su amor.
“Confiamos con la voluntad de Dios para que los familiares de las víctimas del incendio de Tlahuelilpan vuelvan a la normalidad a pesar de otra circunstancia que les ha tocado vivir durante los dos últimos años, que es la contingencia por la actual pandemia”, indicó el obispo Juan Pedro Juárez.