Pedimos que el Señor les de consuelo a familiares de las víctimas del incendio ocurrido hace cinco años en este lugar y reconocemos que somos pecadores y el único justo es Dios a quien le solicitamos sane los corazones afligidos y nos lleve a la vida eterna.
En esos términos se expresó esta tarde el párroco José Marcelino Tovar Valdés al oficiar la misa en honor a los 137 difuntos de la explosión ocurrida en un ducto de Pemex en tierra de cultivo de Tlaxcoapan colindante con la colonia San Primitivo el 18 de enero del 2019, en la llamada Zona Cero donde acudieron decenas de pobladores.
Pidió que se hiciera una plegaria para los parientes y conocidos de los fallecidos de la tragedia y expuso que pareciera que esta realidad los entristece y el tiempo no es suficiente para sanar corazones y se le debe dar vuelta al sentimiento a la historia que dejó un vacío entre habitantes de esta región.
El religioso indicó que ya son cinco años que transcurrieron para sanar una pérdida a la magnitud de esta situación que ha herido la vida de muchas personas y cada vez hay menor afluencia de participantes en el aniversario luctuoso.
Aseguró que al principio, hace cinco años si habían muchos deudos que asistían a la santa celebración luctuosa para ayudar, confortar y compadecerse, sin embargo, ellos tienen sus mismos problemas y cada uno vuelve a su vida habitual y dejan solos a los familiares de víctimas de la explosión.
José Marcelino exhorto a los asistentes a acercarse a Dios para suavizar su sufrimiento que daña los corazones, mente, sensibilidad, carácter y alegría.
Finalmente, dijo que la palabra del creador es la que da vida y él no condena ni juzga y llama a caminar con él y en medio de caídas ayuda a levantarse.