Los tlacuaches son los únicos marsupiales del continente americano, estos animales se caracterizan por llevar una bolsa materna en sus vientres donde sus crías terminan el periodo de gestación, así como los canguros.
Los tlacuaches son una de las especies que con mayor frecuencia comparte territorio con los seres humanos, ya que su hábitat son los cerros, ejidos, maizales y matorrales, donde la especie humana ha acaparado el terreno para uso y goce agrícola, industrial o habitacional.
Esto ha desatado una convivencia entre ambas especies ya que los tlacuaches se adaptan a las condiciones de su entorno, y comen prácticamente casi cualquier alimento, desde maíz, frijol, moscas o cucarachas.
En la comunidad de Ulapa, Tetepango, la familia Contreras adoptó un tlacuache, como mascota al quedar huérfano, ya que los perros se comieron a su mamá.
El pequeño tlacuache se ha adaptado a la vida y se sube por los brazos y hombros de su nueva familia, donde el calor de los Contreras ha aliviado la falta de su especie.
En algunas comunidades el tlacuache aún es consumido como parte de la gastronomía local, por lo que la simbiosis entre el ser humano y el tlacuache es parte de la vida diaria en el Valle del Mezquital.
Según el escritor Rogelio Perrusquia, existe una leyenda que asegura que este marsupial fue quien dio el fuego a la cultura local, por ello en su cola no tiene pelo.
“Cuando el tlacuache le robó el fuego a los dioses la amarró en su cola, lo que ocasionó que se quemara y en la actualidad su cola lampiña es testigo de su berrocal hazaña de robarle la lumbre a las deidades para obsequiarla a la mujer y al hombre”.
Está presente en el norte y centro de América, con una distribución que abarca Belice, Canadá, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y Estados Unidos. Es la especie que más al norte ha llegado y puede estar desde el nivel del mar hasta los tres mil metros de altura.
El tlacuache también conocido como zarigüeya, es inmune a la mordedura de la víbora de cascabel, y según estudios científicos es gracias a esta característica que se ha logrado fabricar el antídoto contra la mordedura de este reptil.