Juliana García tiene 40 años vendiendo nieves elaboradas de forma tradicional, de los cuales 11 ofrece de forma “fija” en Plaza Constitución y teme que la desalojen a partir de enero de 2023, así como a otros seis neveros de la zona, porque les han informado que la presidencia municipal quiere quitar a todos los ambulantes.
Tiene toda una vida en este oficio, empezando con venta por las calles, luego fuera de las escuelas y después se asentó de alguna manera en Plaza Constitución y, sin importar, que es originaria de Pachuca y, que verdaderamente, lo hace por sustento económico, de un momento a otro las autoridades municipales le pueden quitar su lugar.
El argumento es que en los últimos cuatro años el comercio ambulante creció de manera desmedida y, la única manera de solucionarlo, es quitarlos de forma pareja.
Expresó que si le perjudica porque a diferencia de los demás ambulantes, excepto los neveros de calle, tienen lugares en los diversos tianguis de Pachuca, además su mercancía se traslada de de forma fácil porque la mayoría ofrece ropa, zapatos y otros productos que hacen bulto, pero no peso.
En cambio, Juliana tiene su carrito de metal con los botes de nieve y debe ser de ese material, porque es el único que soporta el hielo para mantener buena temperatura la nieve, que no es cualquiera, es artesanal y debe tener las condiciones idóneas para su espesor y sabor.
“No puedo llevar mi carrito a los tianguis porque es pesado y tampoco podría pagar para que lo trasladen, pues sería muy caro. Tampoco me dejan vender fuera de las escuelas y ya estoy grande para llevar el carrito por las calles, lo que también ya resulta peligroso”.
Ella pertenece a una organización de ambulantes que controla a un grupo de ambulantes de Plaza Constitución, paga 200 pesos semanales para conservar su lugar, así como mil pesos anuales para la renovación de credencial de agremiada, aún así, con cierta “protección”, no puede hacer nada para evitar que la desalojen.