Trabajar con sus alumnos a través de la modalidad a distancia, debido a la pandemia por el Covid-19, ha obligado a los docentes a enfrentarse a la tecnología. Las experiencias han sido diversas y muy retadoras, con sentimientos de hasta miedo e inseguridad por no saber utilizar o dominar las aplicaciones utilizadas para la comunicación con estudiantes y padres de familia, al igual que la recepción de trabajos a evaluar.
Tres maestras, de contexto urbano, nos compartieron cómo lo hicieron. Arlina Alamilla, con 27 años de servicio en educación preescolar, nos comentó que, aunque ya manejaba equipo tecnológico en sus clases presenciales con los niños, tuvo que adecuar su forma de trabajar y capacitarse en habilidades digitales, tanto en un curso ofrecido por la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo (SEPH) como a través de webinars por cuenta propia.
El trabajo a distancia no es únicamente con los alumnos, sino también hay que enseñar a algunos padres a descargar información o enviarla, señaló. Como compartía el uso de la computadora de casa con su hijo, tuvo que adquirir otra “porque tenía que flexibilizar mi horario de trabajo con base en la disponibilidad de los niños”.
Flor Lauro es maestra de primaria. Se graduó hace 39 años. El principal problema al que se ha enfrentado es la conectividad. La modalidad de trabajo educativo a distancia “es un proceso complicado. La señal de Internet con que cuento es demasiado débil; mientras está la sesión virtual, en ocasiones se queda congelada la imagen, se escucha entrecortada la conversación, en ocasiones sin lograr entender lo que dicen mis alumnos cuando participan o ellos a mí”, precisó.
Nos confió que reconoce no contar con las habilidades necesarias para el uso de la tecnología como herramienta para dar clases. “Nunca la había utilizado, me refiero a las aplicaciones: Classroom, Zoom, Meet, etcétera. Lo más que había utilizado era la paquetería de Office (Word, Excel, PowerPoint)”.
Sin embargo, para cubrir las necesidades educativas a las que hoy se enfrentan, en el colectivo docente de la escuela en la que labora se han compartido información, materiales y cursos para habilitarse en la tecnología, sin dejar de lado, de manera personal, las orientaciones de parte de sus hijos y nieto, “pues son jóvenes y son los que están más familiarizados; me han solucionado dudas y dificultades, hasta para capturar y organizar la información que me llega de los alumnos”.
Por último, esta es la experiencia de Tere Ramírez, docente de nivel medio superior, quien nos compartió lo que tuvo que hacer para enfrentarse a la tecnología. “Primero, eliminando el miedo por no saber manejarla para dar clases, y posteriormente capacitándome para poder lograrlo. Recibí asesoría por parte del plantel en el que la laboro, pero no fue suficiente”.
Comentó que tuvo que pedir apoyo a sus hijos que ya son profesionistas, y tomar algunos tutoriales. Ya contaba con el equipo para poder realizar las actividades de enseñanza. Precisó que tuvo que reorganizar su vida, ya que el trabajo que realiza actualmente rebasa las 6 horas diarias que tiene su plaza, porque ahora dedica 12 dando clases, revisando trabajos y contestando WhatsApps de los alumnos, además de las labores propias como ama de casa.