El nuevo propietario del predio y los extalleres La Maestranza, Eduardo Baños, actual secretario de Turismo en Hidalgo, podría utilizar el recurso jurídico “petición de parte”, para inscribirlo como monumento histórico debido a su alto valor cultural para Pachuca.
Así explicó Héctor Álvarez Santiago, delegado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Hidalgo, en que sería deseable que el nuevo propietario pudiera por su voluntad registrarlo en el régimen de protección.
Lo anterior luego de que el predio, alrededor de 6 mil metros cuadrados, cuyo interior tiene los talleres de La Maestraza, que ocupan casi la mitad de espacio adquirido, fuera comprado por Eduardo Baños en febrero de este año, cuando aún se enlistaba en el catálogo de monumentos históricos.
Fue en junio de este año cuando el propietario decidió iniciar con obras, pero el Comité para la Conservación y Preservación del Centro Histórico de Pachuca, hizo una denuncia ante el INAH Hidalgo.
“Ante la denuncia se envió una carta a la sección de Monumentos Históricos y recibimos un dictamen que en efecto se encontraba en el catálogo y que era monumento histórico. Se emitió el correspondiente oficio al propietario Eduardo Baños y, por ende, debería presentar un proyecto de restauración”, dijo.
A su vez, el nuevo propietario presenta escritura y alegato que demuestra que compró a un particular, en este caso a la Compañía Real del Monte y Pachuca, cerca de 6 mil metros cuadrados junto con la nave de los talleres. “Por lo que se hizo una investigación y en efecto la nave fue construida por la Compañía Real del Monte y Pachuca en 1913 en adelante. Se encontró una placa que lo justifica”.
“En automático se enmienda y se circunscribe a la ley, porque no es un monumento histórico, porque se construyó en el siglo XX y no en el XIX, sin embargo, tiene un valor cultural importante, pero la ley federal no lo considera monumento histórico. No obstante, estamos a favor de la recuperación y que hubiese un uso compatible al mismo”, señaló.
Finalmente, el delegado indicó que el catálogo es un instrumento académico, de investigación que no tiene un sustento jurídico y debe actualizarse. “Hay monumentos históricos que fueron construidos entre el siglo XVI y el siglo XIX, que no están en el catálogo y que debieran estar”.