“Me quedé sorprendida cuando mi esposo pagó el tanque de gas”, expresó Antonia Domínguez, respecto al costo del energético cuyas alzas no paran pese al control de precios impuesto por el gobierno federal.
En su hogar, tienen un cilindro de 30 kilos de gas LP que este fin de semana ella y su esposo compraron en 757 pesos, valor que consideró excesivo comparado con los cada vez más reducidos ingresos de las familias.
Para Antonia, quien también trabaja para completar los gastos familiares, frente a ese escenario cada vez es más complicado cubrir las necesidades básicas, pues contrario a la idea que quiere vender el gobierno “todo está caro”, incluidos los alimentos de la canasta básica.
“Yo compraba un litro de aceite que me costaba 35 pesos, pero la última vez que surtí la despensa, me costó 50 pesos, considero que ya es demasiado para un litro de aceite. Lo mismo la fruta, antes siempre gastaba en promedio unos 165 pesos, pero el último fin de semana el desembolso fue de casi 200 pesos”, dijo.
Por su parte Jesús Contreras, cuyos ingresos laborales no son fijos, externó su descontento con el precio del energético. “Muy caro el gas”, expresó para recalcar que la política instrumentada por el presidente para bajar el costo del gas que hizo el presidente no está funcionando.
“Ya me trueno los dedos cada que se acaba el gas, porque no se sabe si alcanzará para pagarlo debido a que las tarifas siguen hacia arriba”, expresó.
El pasado 1 de agosto entró en vigor la política de precios máximos para el costo del gas LP, mediante la cual el gobierno federal pretende regular el encarecimiento de este insumo. Aunque inicialmente hubo una baja que parecía notable, a lo largo de las semanas los incrementos continuaron.