Hace 16 años que existe un proyecto de recuperación y reconstrucción del atrio de la iglesia de La Asunción de María, ubicada en el viejo Centro de Pachuca, ante la invasión de comercio ambulante que, año tras año, aumenta el número de puestos.

Ahora, con la contingencia sanitaria por Covid-19, el problema es mayor porque no son responsables con los lineamientos de salud, representando un riesgo para ellos mismos y para las personas que acuden al recinto religioso, coincidieron el párroco Francisco Javier López Jiménez y el encargado del proyecto, arquitecto Luis Corrales Vivar.

“El atrio, de acuerdo a los cánones de la liturgia en general, forma parte intrínseca de cualquier templo. Es un espacio para algunas ceremonias litúrgicas que no se celebran en el recinto, sino afuera, como peregrinaciones, rosarios vivientes y otras actividades de Semana Santa y Navidad”, señaló Corrales Vivar.

El proyecto cuenta con autorización del INAH y se prevé una inversión de un millón de pesos. Se plantea el levantamiento de columnas con rejas, como estaba en el año de 1900 y que en ese entonces fueron derribadas y que cada administración municipal, ha sido omisa para su reparación. Dijo que la recuperación si se puede como ocurrió con el atrio de la iglesia San Francisco en el año 2000.

Se limpió del comercio ambulante y ahora es un punto importante para recorridos turísticos. El párroco agregó que ha solicitado al presidente municipal de Pachuca, Sergio Baños Rubio, el desalojo. Está en espera de respuesta.

En las fiestas de diciembre el número de puestos aumentó a 70, cuando normalmente son entre 20 y 30. Algunos solo tienen un solo puesto, mientras que otros tienen hasta tres, “demuestran que no es necesidad, sino un abuso”, señaló la feligrés y miembro del Consejo Parroquial, Sonia Araceli Mondragón Alonso Inspectores de la presidencia municipal cobran derecho de piso en el atrio, pese a ser propiedad federal.