El santuario del señor de Zelontla, patrono de los mineros, ubicado en Mineral del Monte, cuenta con diversas leyendas acerca de su creación; la historia de su edificación data del siglo XVIII, fecha en que los pobladores lo adoptaron como su protector.
Debido a que no se tiene registro exacto de la manera en que llegó su imagen al poblado de Hidalgo, por el lugar circulan diversas leyendas, las más populares narran que la imagen fue transportada a través de la sierra por varios hombres, quienes en su trayecto se pararon a descansar y al otro día, al querer continuar su camino, tuvieron dificultades para cargar la imagen, dejándola en el sitio.
Otra historia cuenta que en la mina Sacramento, tres mineros que estaban a punto de perder la vida en una explosión, mencionaron el nombre del santo en náhuatl, el cual, compuesto por los vocablos ‘Cel’ (solo) y ‘Ontla’ (compañía), se traduce a ‘la sola compañía’, interpretándose con el significado: Nuestro compañero, por lo que ante el percance, hizo su aparición y los salvó de manera milagrosa.
Además, entre las calles del pueblo mágico se cuenta que este santo hizo su aparición ante dos hombres mineros, quienes platicaban preocupados por la salud de la esposa de uno de ellos, diciéndoles con tonalidad dulce que la mujer ya había mejorado, para luego esfumarse; situación que posteriormente corroboraron llegando a su hogar.
La imagen religiosa representada en un Cristo doliente que carga una oveja en sus hombros y una lámpara similar a la de los mineros es venerada en la capilla ubicada en avenida Hidalgo esquina con calle Morelos y es celebrada del 13 al 22 de enero en el poblado, fecha en que sus habitantes, realizan la Fiesta patronal del ‘Dulce Nombre’.
El evento más importante en la celebración es la procesión y cuando se saca al santo del nicho para cambiarle de ropa y encender su lámpara; la capilla fue catalogada monumento histórico en la categoría de arquitectura religiosa en 1992 por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).