Para que las familias hidalguenses puedan comprar casas “verdes” o amigables con el medio ambiente se requiere que las compañías inmobiliarias masifiquen ese tipo de construcciones y los materiales ecológicos bajen su costo, precisó el presidente del Colegio de Ingenieros Arquitectos de Hidalgo, Tomás Escalante Pérez.
Luego sumó a los gobiernos, que deberían invertir una ingente cantidad de recursos para mitigar los efectos del cambio climático de la mano de los especialistas en hidráulica, los ingenieros civiles y no solamente de los arquitectos.
Por ejemplo las típicas inundaciones de algunas calles de Pachuca y fraccionamientos donde no existen drenajes pluviales, principalmente, “es un gasto muy fuerte el día de hoy, pero sino el día de mañana nos vamos a dar de topes con la pared”, advirtió.
El nuevo presidente de esa asociación civil, dijo que la arquitectura como el complejo que rodea a la iglesia de San Francisco en Pachuca, es modelo de construcción que no necesita aire acondicionado para crear una atmosfera confortable y se le atribuye a los frailes franciscanos.
Sin embargo, se le planteó que las condiciones económicas que predominan en las familias hidalguenses no podrían adquirir viviendas con techos altos y muros de piedra, por lo que pensar en viviendas verdes no es asequible mediante créditos de Infonavit o Fovissste.
Comentó que para una familia erogar más de 70 mil pesos en paneles solares en este momento, es una cantidad considerable, pero en la medida que las constructoras inmobiliarias los empiezan a usar en grandes cantidades, el precio se reducirá.
Por ello exhortó a los gobiernos y las empresas que edifican casas, a trabajar en conjunto para alcanzar un equilibrio por el bien del ambiente, y a quienes piensan en una casa hecha a su gusto y alcance presupuestario, los convocó a asesorarse de un profesional para resultados óptimos y no pongan en riesgo su inversión.
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Consideró que para el gobierno estatal hay un reto de dotar de agua suficiente a la población; aprovechar y reciclar las aguas residuales en vez de que se vayan a la presa de Zumpango, “algo que olvidaron gobiernos anteriores que no desarrollaron del todo”.