Se desdibuja la figura del superdelegado

Falta de trabajo y desorden en las dependencias federales, y sin dinero las tarjetas para el Bienestar

JORGE LUIS PÉREZ

  · jueves 18 de abril de 2019

Los agremiados a la UNTA critican la supuesta parálisis en las delegaciones federales /WENDY LAZCANO

La Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) señala la falta de autoridad de la figura del superdelegado, al referirse a que "mientras todo está revuelto, descompuesto, en las delegaciones del gobierno federal, y ya se desdibujó la figura, porque Abraham Mendoza Zenteno no tiene autoridad sobre nadie, los campesinos estamos en el limbo, ya que ninguna Secretaría ha emitido reglas de operación de sus programas y mucho menos convocatorias para registrar proyectos productivos".

Martha López Ríos, dirigente en Hidalgo de la UNTA, aseveró lo anterior después de que sostuvo una plática con el propio Abraham Mendoza Zenteno, coordinador en Hidalgo de los Programas para el Desarrollo.

Solamente la Procuraduría Agraria y el Registro Nacional Agrario cuentan con delegado. Las demás dependencias tienen un encargado. “Y creen falsamente los representantes del gobierno federal que los asuntos caminan en automático. Todo lo están centralizado a la Ciudad de México: agenda, atención, continuidad al trabajo de la administración anterior”, comentó.

Refirió Martha López que el Instituto Nacional Indígena es la única dependencia federal que labora normalmente y con proyección en esta entidad.

“La Secretaría del Bienestar tampoco opera. Se están dedicando a levantar los censos para los programas de asistencialismo gubernamental, para jóvenes y ancianos. Eso es lo que nos dijo Abraham”, manifestó la entrevistada.

También expuso la dirigente estatal de la UNTA, que personas adultas mayores ya registrados en el programa de asistencialismo, se han quejado con ella de que “en efecto, tenemos la tarjeta que nos dio el gobierno, pero no tiene dinero; y no saben decirnos para cuando habrá”. En ese sentido reiteró que el presidente Andrés Manuel López, se equivoca al mantener su postura de hacer a un lado a las organizaciones sociales y ordenar que el trato sea personal con cada beneficiario para evitar las transferencias irregulares.

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