Una tanatóloga dijo que el contagio global del nuevo coronavirus nos recordó que no somos eternos y una psicóloga opinó que no nos educan o preparan para estar solos con nosotros mismos, comentaron por separado sobre las experiencias que dejó el Covid-19, ahora que la Organización Mundial de la Salud (OMS) dio por concluida la emergencia de salud por la pandemia.
La tanatóloga Rocío Tello Zamorano, reflexionó a cerca de las enseñanzas que nos dejó en Hidalgo, respecto al deceso y posterior luto por la irreparable pérdida del pariente o persona cercana a uno: “sabemos que somos mortales y en México la educación no nos ha enseñado eso, creemos en ‘toda la vida’ y que no se va extinguir”.
Somos seres sociales, necesitamos conectar para despedirnos y un deceso por la pandemia fue un duelo traumático y desautorizado, y “al cerebro le cuesta más trabajo cerrar para seguir con la vida y la usencia del familiar o amigo, por ello, después del nuevo coronavirus no somos los mismos y la aceptación de la realidad es el vacío del que se fue: aceptarlo, adaptarnos y avanzar”, agregó.
Especialista en el estudio y la comprensión de la muerte, el proceso de duelo y el acompañamiento de personas que atraviesan una pérdida, refirió que las masivas defunciones por Covid-19, exigieron a los dolientes “ser brutalmente resilientes a la muerte de un familiar por la enfermedad, ante la fatalidad de no poder despedirse”.
Por su parte, la psicóloga Wendy Paulina Correa Castro, opinó que no se estaba preparado para un confinamiento o aislamiento social prolongado como fue, en el caso de México, la Jornada Nacional de Sana Distancia. Cada integrante de una familia lo vivió diferente y lo gestionó como pudo. Demostró que “no nos enseñaron a estar con nosotros mismos”, por eso fue fundamental ser resilientes en lo laboral, familiar y social.