San Francisco de Asís es uno de los santos favoritos en Hidalgo, tan es así, que es considerado el santo patrono de Pachuca, Jaltepec y otras comunidades hidalguenses.
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Cabe destacar que existen distintas formas para representar la imagen de este santo, en algunos casos se ve rodeado de distintos animales con una ramita de olivo en la mano. Otra forma de representación es abrazando un crucifijo en señal de oración; también hay algunas versiones que lo muestran con la biblia en una mano y un crucifijo en la otra.
Sin embargo, la imagen donde sostiene un cráneo ya sea directamente en las manos o sobre la biblia ha llamado la atención de los creyentes. ¿Qué significado tiene?
¿Qué hizo San Francisco?
Desde muy joven, San Francisco renunció a su herencia para dedicar su vida al servicio y a vivir su vocación; fue así que vivió tiempos difíciles para la iglesia pero nunca se rindió sino que buscó la manera de ayudar a muchas personas, pues visitaba y servía a los enfermos en los hospitales, regalaba a los pobres sus vestidos, o el dinero que llevaba.
Además, fundó la Orden de los Franciscanos a quienes llamó: “Frailes Menores” ya que quería que fueran humildes y pobres; posteriormente, la orden creció más allá de los Alpes y tenían misiones en España, Hungría y Alemania.
Un día se retiró a un lugar apartado en el monte donde construyó una pequeña celda y fue entonces que sucedió un milagro; pues comenzó a recibir los estigmas en los que quedaron impresos las señales de la pasión de Cristo en el cuerpo de Francisco. A partir de entonces llevaba las manos dentro de las mangas del hábito y portaba medias y zapatos para cubrirlas perfectamente, pues dijo que le habían sido reveladas cosas que jamás diría a hombre alguno. Un tiempo después bajó del Monte y curó a muchos enfermos.
No obstante, la salud de San Francisco se fue deteriorando, los estigmas le hacían sufrir y le debilitaron tanto que incluso casi perdió la vista.
¿Por qué San Francisco de Asís sostiene en su mano un cráneo?
El cráneo es un símbolo del arte sacro y lo llegan a portar también otros santos. Los huesos son lo último que queda de un cuerpo antes de convertirse en polvo y representa lo fugaz, o lo pasajero, así como la vida.
Cuando San Francisco de Asís se enteró que le quedaban pocas semanas de vida, dijo “¡Bienvenida, hermana muerte!” que significaba el anhelo por la vida eterna, además del desprecio por las cosas del mundo, la vanidad y el pecado.