La tradición de mojarse o arrojar agua a las personas el Sábado de Gloria no tiene relación con la religión católica, “es una mala interpretación del día”, aseguró el párroco de la Basílica menor de Santa María de Guadalupe, la “Villita” de Pachuca, Tomás Roque Cruz.
El padre dijo que eso “no es cosa religiosa; éste día es Sábado Santo”.
Como parte de la Semana Santa en que se reviven en diferentes latitudes del mundo los últimos días de la vida del Salvador, exhortó a la comunidad católica a “meditar que por mis pecados Cristo murió, murió por mí; me llama a vivir en el amor a Dios y el prójimo”, exhortó.
Abundó que la noche del sábado se celebra la pascua o sea la resurrección del hijo de Dios, “celebro ver el triunfo de Cristo” y convocó a resucitar a la vida y el amor.
Refrendó que la Semana Santa “es un tiempo de meditación” para los creyentes.
Se le preguntó que si en su infancia recordaba algún pasaje en el que se hubiera mojado o lo mojaron en un Sábado de Gloria y puntualizó que no, y apuntó que es pachuqueño y, al menos, en su vida no lo hizo.
Al consultar en internet el origen de esa acción popular, las notas de los distintos medios de comunicación, le atribuyen su origen a la edad media y la Iglesia Católica, pero no se cita ningún pasaje bíblico o fuente bibliográfica, reproducen casi con las mismas palabras la supuesta versión.
Años después de que iniciara este siglo XXI, en varios municipios de Hidalgo como en el resto del país, está prohibido “desperdiciar” el agua y hasta se aplican multas para quien sea sorprendido por la autoridad.