Desde 2008 hasta la fecha se han presentado diversas rupturas de un ducto de agua potable de 18 pulgadas de los años cincuenta, ubicado en la avenida Fernández de Lizardi, a la altura del número 1000, colonia Nueva Francisco I. Madero, en Pachuca, afectado a María Araceli Anaya, ya que el abundante agua ha dañado su casa y “solo con parches tapan la ruptura y no se ha hecho nada por resolverlo en su totalidad”.
Aseguró, con varios documentos en mano, que la Comisión de Agua y Alcantarillado de Sistemas Intermunicipales (Caasim), ha hecho caso omiso y no hay solución de la reparación total del ducto de agua que abastece las colonias Centro, Hospital General, Nueva Francisco I. Madero y Bulevares de Francisco.
En 2008 se hizo una demanda debido a la fractura de paredes de la casa y pérdida total de muebles, “salía el agua de las paredes como regadera, sino hubiera llegado mi esposo, quien sabe que pasaría, porque fue en la noche y estábamos dormidos”.
“Desde entonces hemos emprendido una batalla en Caasim, cada vez que se rompe el ducto de agua es acudir con las abrazaderas, medio arreglarlo. Me mandan a obras públicas, al municipio, como pelota”.
La afectada indicó que la última ocasión de fuga, ocurrida en enero de este año, acudió el ingeniero Alfonso Cuevas, “como siempre, parches, se ha hecho de la vista gorda y me comentó que si mi toma de agua estaba conectada a este tubo tendría que pagar toda la reparación”.
Señaló que en cuatro ocasiones ha pagado reparaciones y mano de obra, “ha salido caro y si quiero que me paguen, por su ineficacia en la reparación, sumado a que dejan hoyos y el agua se trasmina, todo el tiempo mi casa está húmeda, hay hasta hongos en las paredes que ya perjudicó la salud de uno de mis hijos”.
María Araceli Anaya exige sea recibida por José Jesús Sanjuanero, director de Caasim, con la finalidad de que sea totalmente reparado y, si es necesario solicita la intervención del gobernador Omar Fayad.