Migrantes hidalguenses que trabajan todo el año en EEUU, y pidieron permiso a su patrones de regresar a México a ver a sus familiares para festejar con ellos las posadas, la navidad, el año nuevo y el Día de Reyes, regresan con tristeza y problemas económicos a sus trabajos.
Hay indígenas migrantes que tienen la fortuna de haber alcanzado la ciudadanía o residencia norteamericana, ellos se regresan en avión a sus trabajos, cuyo costo es de 600 a mil dólares el viaje redondo, depende del estado de Unión Americana, o la aerolínea.
Los otros migrantes que no cuentan con documentos, pero que se aventuraron a regresar con sus hogares en México, la tienen más difícil, ya que tienen que pagar más de 10 mil dólares para poder regresar a sus trabajos en EEUU.
Para costear sus viaje de vuelta, los migrantes entrevistados informaron que venden sus trokas o bien hacen pactos de amistad con su amigos y familiares que no pudieron regresar, para que les manden para su “coyote”, y ya en la Unión Americana pagan los dólares prestados.
Los migrantes son el motor de las economías locales, las remesas mantienen a las familias y a nivel nacional representan el más del 3.8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de México.
José Francisco Jiménez, migrante del Valle del Mezquital, informó que para regresar a su trabajo, tuvo que vender su troka, la cual ya tiene pedimento y se puede regularizar.
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Debido a que el precio del dólar bajó y el peso se apreció, ahora los coyotes cobran más por pasar la frontera, y la mafia que controla el paso entre México y EEUU, piden más dinero por el derecho de piso, dijo.