IXMIQUILPAN, Hgo.- Tras largos estudios y aprendizaje, doña Catalina Marcelina Tepetate logró obtener el aceite de oliva extra virgen con una técnica artesanal que permite conservar las propiedades originales del fruto.
Este atributo, que se logra a partir de la extracción en frío, lo coloca como un aceite de alta calidad en el mercado.
El Olivo es un arbusto endémico en la comunidad que lleva el mismo nombre, aprovechado por algunas familias para su producción y comercialización.
“Tomarse una cucharadita de este aceite alivia la vesícula biliar, la colitis, estreñimiento y la hemorroides. Es un producto medicinal natural, orgánico, mejor al que ofrecen en cualquier sitio industrializado”, mencionó doña Catalina, quien lleva años produciéndolo.
Puntualizó que la creación comienza desde la siembra de una planta o más plantas de olivo, como un método de preservación, “las hojas que son opacas, como de color gris, también sirven para preparar té y una tasita tomada en la mañana y en la noche funciona contra la diabetes y presión arterial”.
La cosecha comenzó desde julio, en diciembre concluye. Una vez obtenido el fruto, doña Catalina comentó que lo hierven hasta que parezcan a la textura de una pasa y entonces se enfrían para comenzar a introducirlo en los molinos de mano que permite obtener la masa.
Posteriormente, se coloca sobre una tela con orificios muy finos que dejan pasar únicamente el aceite.
De una cubeta de 20 litros llena del fruto, se obtiene entre 2 y 2.5 litros de aceite, “es poca la cantidad que se obtiene, debido a la técnica artesanal extraída en frío. No utilizamos máquinas para obtener el producto natural 100%”.
Catalina Marcelino en su historia recordó a sus abuelos, quienes le heredaron la receta para producir el olivo y que fue perfeccionada con cursos con especialistas sobre medicina natural, extraer el aceite.
Hace 15 años comenzó la elaboración, actualmente asegura que es un trabajo al que se dedica por gusto y que como negocio es viable.