El cráneo encontrado en 1960 en la Cueva del Tecolote en Huapalcalco, es la pieza del mes de julio, en la sala Poblamiento de América del Museo Nacional de Antropología (MNA) en la ciudad de México.
De acuerdo al portal web del recinto, fue la prehistoriadora Cynthia Irwin Williams quien localizó una punta de flecha acanalada en una fisura del piso de roca.
Y a la par, en el mismo sitio, dentro de una cavidad irregular de aproximadamente 1.20 metros de diámetro, se descubrió un entierro múltiple con dos individuos y, asociados con ellos, una mandíbula de cánido, un raspador de obsidiana y una punta de proyectil tipo Coxcatlán.
Los restos estaban muy deteriorados, por lo que solo fue posible reconstruir uno de los cráneos, el cual se exhibe en el MNA.
De hecho, se consideran los más antiguos que se han localizado en Hidalgo y corresponden a la prehistoria. El hallazgo de la estadounidense permitió proponer que la ocupación más antigua de la Cueva del Tecolote puede fecharse en el horizonte Cenolítico inferior, 14 000 a 9 000 años antes del presente.
El arqueólogo Juan Martín Rojas, Curador-investigador del Museo Nacional de Antropología cita en el portal, que con base a estudios demostraron que uno de los individuos era un adulto masculino de entre 25 y 35 años. Y que medía 1.65 metros de estatura y extremidades superiores robustas y musculosas.
La forma de su cráneo era dolicocéfala (anchura menor al 75 por ciento de su longitud), es decir, cara larga y nariz ancha.
El descubrimiento, agrega el autor del artículo web donde se muestran las fotografías de los cráneos (créditos del MNA), presentaba ya desgaste en los dientes y que se presume que comía más carne que vegetales. Y, de acuerdo al investigador cita el artículo del Museo, se deduce que el sujeto se dedicaba a la caza.
Los cráneos encontrados en la cueva fueron estudiados por el antropólogo físico Arturo Romano Pacheco, de la Dirección de Antropología Física del INAH, y después por Pablo Monterroso.