Apolonia García García, de 80 años de edad y vecina de la comunidad Santa María Ilucan relata que se siente bien cuando acude al Centro Gerontológico de Tula, debido a que la tratan bien y aprende cosas nuevas cada día.
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Ella da gracias a Dios que todavía está fuerte y no se da por vencida a pesar de ser hipertensa y viuda. A su decir, hay mucha gente que ya no puede caminar, se encierra en su mundo o enferma y ya no puede realizar actividades que les permitan convivir con otras personas y eso es triste.
“Desde hace veinte años que vengo aquí y hago activación física, además de recibir clases de tejido, bordado de listón, repostería y reciclado. Soy viuda y tengo seis hijos y vivo sola y esto me sirve como distracción y llegó desde las ocho de la mañana y me voy hasta la una de la tarde, de lunes a viernes” ,mencionó.
Aseguró que en la dependencia tiene una "segunda familia", ya que convive diariamente con varias personas contemporáneas a su edad.
Apolonia García indicó que además en su vivienda no se siente sola pues sus vástagos se preocupan siempre por ella y todos ya están casados e hicieron sus propias familias.
“Tengo dieciocho nietos e igual número de bisnietos y soy muy feliz con mi familia”, refirió la entrevistada quien es originaria de la localidad de Bomintzhá de este municipio.
Recordó que de joven trabajaba como costurera en el Estado de México y junto con su esposo sacaron adelante a sus seis hijos.
“Sufrimos carencias y teníamos necesidades en la casa en esos años, sin embargo, Dios nunca nos desampara y siempre nos ayudó para salir adelante en la vida. Mi esposo siempre me trató bien y él era diabético y murió de diabetes hace aproximadamente nueve años. Él era obrero y me pensionó y dejó mi casa donde hoy vivo”, explicó Apolonia García.