La termoeléctrica Francisco Pérez Ríos que se asienta en el municipio de Tula produce el 62 por ciento de dióxido de azufre que se genera en la zona conocida como la Megalópolis que comprende seis estados del centro del país, de acuerdo con un diagnóstico elaborado este año por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales estatal (Semarnath).
El estudio reveló que diariamente la central termoeléctrica de Tula genera alrededor de mil 500 mega watts, por lo que abastece de energía eléctrica a distintos municipios de Hidalgo, Estado de México y Querétaro, aunque para ello también es uno de los principales contaminantes.
La termoeléctrica es la principal generadora de lluvia ácida en la región sur del estado, mientras que produce el 44 por ciento de las emisiones de carbono negro de la megalópolis, situación por la cual es una de las principales industrias que genera contaminación tanto en el estado como en la región centro del país.
Aunque la termoeléctrica es una de las empresas que producen emisiones contaminantes en la zona sur del estado como la refinería Miguel Hidalgo, las cementeras, las caleras y la prensa Endhó, la forma de operación de la misma es poco amigable con el entorno natural, según refirió el diagnóstico de la Semarnath.
Por su parte, el Programa de Gestión para Mejorar la Calidad del Aire (Proaire) elaborado por la Semarnat federal detalló que la termoeléctrica de Tula es una de los principales factores contaminantes del centro del país desde hace varios años, aunque también es una de las generadoras de energía eléctrica para el país.
El dióxido de azufre en cantidades concentradas puede provocar problemas respiratorios en la población vulnerable como adultos mayores, mujeres embarazadas, menores de cinco años y pacientes con problemas crónico degenerativos, situación por la cual la Semarnath labora con la federación para implementar el plan de restauración ecológica, luego de que el gobierno federal decretó emergencia ambiental en la región.
Organizaciones como Greenpeace México han referido que se deben optar por otras tecnologías sustentables que sustituyan la energía eléctrica, ya que la forma tradicional es dañina para el entorno natural y puede generar cambios irreversibles en las zonas afectadas.