Se sembraron ocho variedades de maíz híbrido en el Centro de Innovación y Desarrollo Tecnológico del Valle de Tulancingo (CIDT), y en los próximos cuatro meses se conocerá el potencial del forraje, es decir, la calidad y cantidad de producción lograda de los 12 mil 800 metros cuadrados de superficie cultivada.
Al respecto, el director de Desarrollo Rural, Abraham Salomón Ganado, precisó que se abarcó una superficie de mil 600 metros cuadrados por variedad, los resultados de la cosecha se tendrán en los siguientes 125 días, contados a partir de la germinación de la semilla.
De las ocho variedades de maíz hibrido, explicó, cinco de ellas son de color blanco y tres más son amarillos, producidos con el sistema de riego denominado “multicompuertas”, mismo que favorece un mejor control ofreciendo el volumen de agua necesario.
En Tulancingo hay tendencia por las semillas hibridas mejoradas así como la agroecología, cambio de la agricultura convencional con insumos químicos a la transformación de una agricultura más sustentable y natural.
Previo al establecimiento del cultivo se realizaron análisis de suelos lo que permitió establecer una fórmula de fertilización adecuada consistente en (22-46-22) unidades de nitrógeno, fosforo y potasio, más azufre, zinc y hierro, adicionado con una mezcla de micro minerales.
Dentro del paquete tecnológico, se tiene una densidad de siembra de 93 mil plantas por hectárea para cada una de las variedades, a una sola hilera. Y el proceso consiste en depositar la semilla a una profundidad de seis centímetros y aplicando fertilizante químico a 10 centímetros.
Al momento de realizar la segunda fertilización foliar se aplicará a piso una segunda dosis de fertilizante químico.
La municipalidad, finalizó el funcionario, está comprometido a promover la tecnificación en los sistemas de producción en el campo, para hacerlos más rentables y productivos.