Subsiste con lo que la gente le da; vecinos dicen que fue abandonada

Mujer de la tercera edad, a decir de vecinos, fue abandonada hace aproximadamente cinco años en la zona de Huapalcalco en Tulancingo; ella, vive en un cuarto de apenas un metro, por metro y medio, donde su frágil cuerpo apenas cabe.

Cuidada por un perro, que no se mueve de su improvisada puerta, y quién dice llamarse Emelia, refiere, que espera a sus hijos.

La historia de ella, citan algunos vecinos del sector donde ella subsiste, es triste. Saben poco de su origen. Aunque narran fue por el 2015 que ella llegó a Tulancingo, de hecho vivía debajo de un puente vehicular, pero algunas personas de la iglesia, le hicieron su cuartito justo a orilla de la carretera, donde soporta las inclemencias del tiempo en su humilde vivienda que está hecho de triplay, y el techo es de lámina.

Son las 6 de la tarde, el frío arrecia, y los motores y escapes de los tráileres se escuchan muy fuerte. Afuera de su casita está el perro como un fiel guardián, además de montones de pet que vende para poder vivir, a unos 15 metros del libramiento.

Se le toca la puerta que está amarrada con un alambre, apenas salen sus dedos para desatar el nudo que hace todos los días para “encerrarse”

Accede a platicar, ella, la mujer que duerme en el piso con apenas unos cartones como cama, se coloca sus botas de hule, sus pies sin protección de calcetas, sino descalzos, se le notan sucios, al igual que sus manos.

Pequeña de estatura, sin embargo, enorme de fortaleza, dice que ahí vive desde hace tiempo y sus hijos llegarán por ella. Sin embargo, los vecinos saben bien que está sola: “yo no podría tener a mi madre viviendo así, además entre todos nos cooperamos para ayudarla”

Cocina en la parte exterior, apenas con un brasero y con las ramas que ha recogido y que ha puesto en el techo de su cuarto.

“Incluso se le ha invitado a vivir en una de las casas próximas pero ella no quiere, hace ya tiempo que quisieron reubicarla pero al parecer no quiso; pedimos a las autoridades se investigue el origen de esta señora para poder reubicarla a un lugar digno y saber dónde está la familia y cómo es que llegó aquí, porque ella comenta que sus hijos vendrán por ella”, agrega un habitante que pidió omitir su identidad.

En tanto ella, continúa ahí, en ese sitio que, para accesar a ella es a través de caminos vecinales, y dónde el frío y la lluvia, al igual que su perro, son su única compañía.