Mientras que hace tiempo una costumbre muy arraigada en el comercio entre las comunidades y pueblos circunvecinos era el pilón, que consistía en regalar un poco de mercancía extra a la que se compraba, ahora los clientes deben estar al pendiente para que les despachen el peso justo.
Por ejemplo, anteriormente, el comprador recibía dos o tres limones más al llevar un kilo, no obstante, con el paso del tiempo, ha quedado atrás y ahora esperan al menos kilos completos.
Esa atención es extrañada por consumidores, ya que consideran, era una forma de corresponder el que se hicieran las compras en un determinado puesto, ya sea del mercado o de la plaza, opinó Jaime Hernández.
Agregó, “Siempre se obtenía más del kilo”, ya que dijo, la mayoría de vendedores tenían ésta costumbre que se ha ido perdiendo, y ahora, deben estar pendientes de que les den completos los gramos que piden.
El trato de muchos comerciantes ha cambiado también, expuso el ama de casa, Lourdes García, pues considera que antes no dejaban ir a la clientela, sin embargo, en la actualidad llegan a decirle a compradores que si quieren y si no, se surtan en otro lado, esto cuando exigen buena calidad.
Por lo que aquellos que conocieron el “pilón”, comentaron, era una forma de tener contento al cliente y que regresara al mismo lugar.
DATO
Vendedores se limitan a entregar la cantidad de producto que pagó el consumidor