TULA DE ALLENDE, Hgo.-A partir de ayer, Vanesa ya no va a dormir en el suelo junto con su familia, ya que recibió un colchón, almohadas y sábanas de parte de hermanas religiosas de la agrupación Cáritas de la Diócesis de Tula.
La mujer, quien resultó damnificada por la inundación que aconteció la noche del pasado seis de septiembre en esta ciudad, dijo estar muy agradecida con Dios y personas de buen corazón que ayudan a los habitantes tulenses que perdieron todo su patrimonio durante el desastre natural cuando se desbordaron las aguas negras del Río Tula.
“Vine con mis dos pequeños hijos a recoger un colchón y artículos para dormir aquí en un estacionamiento de la Calzada Melchor Ocampo” dijo la entrevistada, vecina de la calle 16 de Septiembre, en el centro de la ciudad.
Vanesa mencionó que actualmente está viviendo con su familia en el vecino municipio de Atotonilco de Tula, ya que a su esposo le dieron permiso de habitar un inmueble, tras suceder la inundación en esta ciudad tolteca. Señaló que ella fue una de las afectadas por la inundación ya que perdió todos sus muebles, entre ellos camas, estufa, refrigerador, comedor y sala.
Mientras que la hermana religiosa de la iglesia católica, Rafaela Martínez, indicó que a partir de ayer, la Diócesis de Tula comenzó a repartir a los damnificados de la inundación trescientos cuarenta colchones nuevos, tanto matrimoniales como individuales.
“Tan solo ayer fueron entregados sesenta y ocho colchones a personas que resultaron damnificadas y que son vecinas de las calles Leandro Valle, 16 de Septiembre y Héroes de Chapultepec y en estos días continuaremos realizando la entrega a vecinos de otras arterias afectadas por la inundación” dijo la entrevistada.
La hermana religiosa Rafaela Martínez precisó que con el fin de llevar un control se utiliza una lista de cada representante de calle afectada y se les pide alguna identificación a los vecinos para comprobar el domicilio damnificado.