Raspadores de maguey con bajas ganancias

Los dueños de tinacales pagan siete pesos y lo venden entre 25 y 40 pesos

CONCEPCIÓN OCÁDIZ | El Sol de Tulancingo

  · domingo 15 de diciembre de 2019

Isidro Hernández comenta que el oficio sí está en peligro de extinción, pues quedan pocos raspadores de aguamiel. / ABRAHAM ASCENCIO

El esfuerzo de hasta tres horas invertidas por extraer el aguamiel del maguey, para posteriormente transformarlo en pulque, no es bien remunerado para algunos que se dedican al oficio en Singuilucan.

El litro lo pagan los intermediarios a los “raspadores” en siete pesos, para luego comercializarlo en diferentes regiones de Hidalgo e incluso en otras entidades, incluyendo la Ciudad de México, en 25 o 30 pesos.

Y qué decir de los curados que suelen venderse en 40 pesos en algunas cantinas que se han puesto de moda en varias partes de la zona centro del país, dice Isidro Hernández, vecino de Texcaltitla, comunidad de Singuilucan.

Desde que era pequeño aprendió el oficio y aunque se fue a Estados Unidos, “para poder hacerme de mi casita, a mí me gusta ser pulquero, así que sigo caminando para encontrar magueyes y extraer el aguamiel, luego hacer el pulque y venderlo de casa en casa o haciendo entrega a los expendios”. Narra que el oficio sí está en peligro de extinción, así como su burrito con el que transporta la bebida de los dioses. Ya pocos quedan como raspadores de aguamiel.

“Yo cuido mucho a mi animalito porque él me ayuda, para mí es como mi amigo, luego entre el caminar y caminar voy cantando, y pienso que él me escucha”.

Ahora, refiere el entrevistado, hay quien reparte el producto en moto, otros todavía preservamos la tradición, “cuidamos a nuestros animalitos alimentándolos bien, no sobrecargándolos, además de que les ponemos una cobija y luego la carga para que no se lastimen”.

Empieza su jornada a las cinco de la mañana y termina poco antes del mediodía, en cuanto a venta, para luego dedicar días a la elaboración del pulque. Tras extraer el aguamiel, -bebida fresca y dulce-, usando un raspador de metal, para llevarlo en su acocote, hay quien lo compra así o espera a que se fermente y hacerlo pulque.

Él llega a vender hasta 150 litros de pulque por día entre gente que se va encontrando en su andar y en los tinacales de la zona, que como ya se dijo, mucho de este producto es destinado a otros puntos del centro del país.

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