“Este escrito quiero dedicarlo a mi querido pueblo de Apan, a mis paisanos, a mis amigos, a mis familiares, a mis contemporáneos, a las nuevas generaciones, pero, sobre todo, a esas personas que desde mi nacimiento y adolescencia me hicieron sentir un ser humano capaz de amar. Un sentimiento que ha dirigido mi vida profesional y personal, con un espíritu recto honesto y entusiasta. De antemano pido disculpas por las versiones en las que podrían no coincidir, pero lo estoy narrando desde mi visión y perspectiva en cuanto a mis vivencias que quedaron en mi memoria y en mi corazón”.
Así lo precisó Gloria Vázquez Ramírez, autora del libro “Papaquiliztli, Memorias de una mujer apanense”, durante la presentación de su obra en el Centro Cultural Arnulfo Durán Jiménez, un escrito que realizó durante el confinamiento originado a causa de la pandemia por la Covid-19 y que da cuenta de su infancia y adolescencia entre la década de los cincuenta y sesenta.
La Trabajadora Social, quien laborara por tres décadas en la hoy denominada Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, emotiva, refirió, en la presentación del libro: “Cuando me fui de Apan me sentí desterrada. Recordé a Alberto Cortés que, dijo, -Me compraron el pasaje solo de ida y así me ganó la ausencia-. Entonces hallé la forma de estar ligada a mi pueblo gracias al idioma náhuatl”.
Explicó que durante su labor en el organismo federal, tuvo la necesidad de aprender náhuatl porque era necesario atender a personas hablantes de este idioma que vivían lo mismo en la Ciudad de México que en sus alrededores.
La escritora indicó que narró este pasaje porque, es precisamente con una palabra en náhuatl “Papaquiliztli”, que decidió nombrar a su libro, la cual significa “gloria”, su nombre y está escrita, dijo, igual que el nombre de Apan, que encuentra sus raíces en este idioma.
“Es para mí un honor y un gusto que el nombre de nuestro pueblo tenga sus orígenes en el náhuatl, por eso, quise evocarlo en el nombre del libro”, luego, señaló que el subtítulo: “Memorias de una mujer Apanense”, retoma el sentido de su obra y le permite narrar su niñez y adolescencia en este municipio.
Añadió que el periodo de confinamiento por la Covid-19, le permitió redactar este libro, en cuya portada, dijo, empleó una pintura de autor desconocido que se encuentra en la Presidencia Municipal de Apan y también relató el arduo trabajo que tuvo que realizar para recuperar algunas fotografías antiguas e inéditas entre estas la casona en la que habitó y la que ahora está dividida en siete predios en los que viven igual número de personas.
Por último, refirió que el libro fue construido en una narrativa continua y cuenta con una serie de subtítulos que permiten al lector identificar momentos cúspide de la narración.