TULA DE ALLENDE, HGO.- Para el artesano tulense Juan Gabriel Vega Rico los premios nacionales y estatales de elaboración de artesanías que ha ganado, no le han servido de nada para comer y poder mantener a su esposa e hija, durante la actual pandemia del Covid-19 que aún prevalece.
A su decir, hasta ayer, él como varios artesanos que habitan en la popular colonia 16 de Enero de Tula, no han recibido ningún apoyo económico de las tres esferas de gobierno, ni al menos una despensa alimenticia para sobrevivir, por la contingencia sanitaria.
“En mi caso particular, tengo alma de guerrero y debo salir adelante por mis propios medios, como arreglar la luz a la gente o trabajar en el campo para poder llevar el pan de cada día a la mesa de mi familia” dijo, en confianza, el entrevistado de 47 años de edad y vecino de la Avenida Pirámides, en la colonia 16 de Enero, de esta ciudad tolteca.
Aseguró que ha ganado diversos premios, entre ellos el denominado Gran Premio de Arte Popular que se lo entregó un ex presidente de la República Mexicana, sin embargo, no le ha servido de nada un título de esos para sobrevivir en esta época económica difícil.
El artesano Juan Gabriel Vega indicó que su situación económica ha estado muy crítica últimamente, aunado a que durante los últimos meses ha estado cerrada la Zona Arqueológica de Tula, donde como él, muchos artesanos tulenses subsisten ya que ofertan las artesanías que elaboran a mano, como sus ancestros lo hacían, a los visitantes nacionales y extranjeros.
“Desde hace meses no tenemos una fuente de ingresos formal y los gastos en casa son fuertes y corren día tras día” señaló Juan Gabriel Vega.
Aún a pesar de la actual diversidad que atraviesa económicamente, el artesano trabaja arduamente diario al elaborar manualmente sus piezas artesanales, de piedra y barro y otros materiales, en el taller que tiene en su domicilio. Elabora Atlantes, Chacmool y otras figuras emblemáticas.
Lo acompaña su esposa, quien hace grabado de tazas.
El informante lleva veintitrés años ininterrumpidos creando artesanías con sus propias manos y a su decir, cada pieza de piedra se convierte en su confidente, inspiración y creación y le toma pasión y cariño a su trabajo.
Por último, dijo que los tulenses no deben olvidar sus raíces prehispánicas toltecas y raíces que son los cimientos para que todo esté bien y haya buenas místicas, ya que son la continuación de un pueblo legendario que dejó un legado tolteca y como ellos eran buenos artesanos en su época creaban con el corazón mismo.