Para que las abejas que han sido rescatadas, sobrevivan en esta temporada invernal que aún no termina, han sido removidos sus núcleos y colmenas de estos insectos a zonas más calientes.
Y, en caso de que se queden para su manejo en la región Tulancingo, se les protege con lonas, para que el frío no les afecte.
Lo anterior fue dado a conocer por el apicultor Fernando Amador quien comentó que “a las que les queda alimento de la temporada pasada, meten su miel y ahora se dedican a reproducirse y saldrán de los núcleos cuando se acerque la primavera, por ahí del mes de marzo”
“Eso permitirá que se incremente el número de enjambres en esta región, la cual por cierto es una ruta de tránsito de enjambres silvestres”.
Una vez inicie la primavera, los cultivos con flor permitirán, como cada año, la proliferación de abejas que buscan alimentarse y además, seguir reproduciéndose.
“El papel de la abeja es de vital importancia, pues su actividad de polinización permite un impacto positivo en el entorno ecológico”, expresó el rescatista.
Actualmente él maneja entre 40 y 50 colmenas ya desarrolladas, y cada uno puede tener entre 40 y 50 mil de estos polinizadores. Además de unos 15 ó 20 núcleos que suelen ser más pequeños.