“En Tulancingo, el oficio de peletero, se ha ido modificando, originalmente solo era la preparación y venta de cortes vacuno, ovino y pieles exóticas, sin embargo, con el paso del tiempo se fusionó con el oficio de zapatero, ahora está en crisis y casi extinto”, dijo en entrevista Mario Aparicio quien desde hace más de 25 años trabaja en este giro.
Añadió que, hasta hace algún tiempo, la demanda era mucho mayor.
“Se reparaban de cinco a siete pares de zapatos diariamente, los días con mayor trabajo eran los jueves y fines de semana, cuando las personas, aprovechando que venían a hacer sus compras, los traían a arreglar”.
Aseguró que hoy en día, solo llevan, en promedio, dos pares por semana, por lo que completa sus ingresos con la venta de artículos para la limpieza del calzado y reparaciones de chamarras y bolsas de cuero.
“Por la poca demanda, quedan pocos negocios de este tipo, unos ocho en todo el municipio aproximadamente”, expresó Mario Aparicio.
Por último, puntualizó que la condicionante para que ya no se reparen los zapatos, es el bajo costo del calzado en el mercado.
“El precio por un cambio de suelas oscila entre los 200 y 250 pesos, por lo que muchas personas prefieren comprar otro par que cuesta casi lo mismo, generalmente viene a pedir esos trabajos personas que desembolsaron más de 1 mil pesos en su calzado”, concluyó.