Padres bendijeron casas y negocios

Habitantes colocaron moños blancos, este Domingo de Pascua

Concepción Ocádiz

  · lunes 13 de abril de 2020

La Iglesia en cercanía con su comunidad, hizo oración y bendijo. / Cortesía | FB Arquidiócesis

En el marco del Domingo de Resurrección, párrocos de la Arquidiócesis de Tulancingo, salieron a las calles a bendecir casas y negocios, y, a la par de entregar una oración para que la pandemia del Covid-19 llegue a su fin.

La Arquidiócesis de Tulancingo, también se sumó al llamado del Consejo Episcopal Latinoamericano, a la Consagración de América Latina y El Caribe a la Señora de Guadalupe para pedir su intervención, y que la contingencia del coronavirus termine.

Desde temprana hora, sacerdotes entregaron a fieles una misiva donde se pide fortalecer la fe y alentar la esperanza e implorar, a la Emperatriz de América: “En estos momentos, como Juan Diego, sintiéndonos “pequeños” y frágiles ante la enfermedad y el dolor, te elevamos nuestra oración y nos consagramos a ti.”

Como fue exhortado durante el pasado Domingo de Ramos, por parte del Arzobispo Don Domingo Díaz Martínez, familias colocaron un moño blanco en las puertas de sus casas y locales comerciales, este Domingo de Pascua o de Resurrección, en donde los Padres rociaron con agua bendita los hogares y comercios de Tulancingo y de todos los municipios que integran esta Arquidiócesis.

Participaron de las 103 parroquias que la conforman, 22 de ellas en Puebla, 3 en Veracruz y el resto en Hidalgo.

Ya en la misa de resurrección celebrada en la Catedral Metropolitana de Tulancingo, a la par se recordó la propuesta de enfrentar la realidad en familia, de quedarse en casa aplicando todas las medidas sanitarias que siguen enfatizándose, y, confiar, en que esta contingencia termine pronto.

Monseñor, culminó con el Acto de Consagración a la Virgen, leyendo toda la oración… “Te consagramos nuestros pueblos, especialmente a tus hijos más vulnerables: los ancianos, los niños, los enfermos, los indígenas, los migrantes, los que no tienen hogar, los privados de su libertad. Acudimos a tu inmaculado Corazón e imploramos tu intercesión. Que nuestro temor se transforme en alegría; que en medio de la tormenta tu Hijo Jesús sea para nosotros fortaleza y serenidad; que nuestro Señor levante su mano poderosa y detenga el avance de esta pandemia

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