TLAHUELILPAN, Hgo. - “Ante los cuerpos de nuestros hermanos estamos aquí y la vida no termina con el sepulcro, sino empieza junto al Señor, e imploramos que él pueda escuchar las plegarias y el perdón y limpie las lágrimas de los deudos que están peregrinando aquí”.
Así ofició el obispo de Tula, Juan Pedro Juárez Meléndez, la misa de cuerpos presentes de cinco de las personas que fallecieron en este municipio tras el incidente del ducto de San Primitivo el pasado fin de semana.
Acompañado de párrocos y presbíteros de esta región, el obispo de Tula añadió, ante casi mil personas que se dieron cita en la iglesia nueva de esta ciudad, que “hasta qué punto es frágil y breve la vida del hombre y nos asegura que Cristo vive eternamente y la esperanza sigue”.
Antes familiares y amigos de los fallecidos, aseveró que “el Señor recibirá a todos sus siervos en el paraíso y sus hijos serán bendecidos por siempre, pues como dice el Yo soy la resurrección y la vida y el que crea en mí no morirá para siempre”.
Luego de una emotiva misa Finalmente, el obispo de Tula pidió al Señor por las personas lesionadas y desaparecidas de esta comunidad, pidiendo también por el personal de distintas dependencias y corporaciones de auxilio y de rescate que ayudaron en la tragedia.
Posteriormente, deudos y amigos se trasladaron al panteón de la localidad para darles sepultura a los fallecidos.