Mujeres de Ciudad Cooperativa Cruz Azul, ubicada en el municipio de Tula, pidieron al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que ordene a elementos de la Guardia Nacional y solicite al gobierno del estado de Hidalgo que brinden la debida protección a su zona habitacional.
“Al presidente de la República Mexicana, Andrés Manuel López, le queremos decir que nosotras somos mujeres, ciudadanas, así como empleadas y familiares de trabajadores de la planta de Hidalgo de la cementera Cruz Azul, y le externamos las incertidumbres que nos provocan el escalamiento del conflicto entre socios de la Cooperativa La Cruz Azul y el grupo disidente, que es del dominio público”, dijeron Rosaura Reséndiz y Julieta Agúndez, en representación de varias mujeres..
Señalaron que salvaguardar la seguridad pública es la responsabilidad primaria y esencial del estado, pues así lo consignan las leyes y entienden que proteger y garantizar la libertad, integridad física y el patrimonio de la población son las bases para un desarrollo sólido en los aspectos económico, político y social para tener certidumbre, confianza, orden y estabilidad.
Pero en este caso, dijeron, desafortunadamente el estado y municipio han hecho a un lado su deber.
Lo anterior, explicaron, porque el conflicto entre los cooperativistas se dirime en tribunales, pero el día 27 de abril pasado, en un intento por tomar por la fuerza las instalaciones de la cementera, el grupo disidente al parecer puso en riesgo a la comunidad y a un amplio sector del municipio de Tula de Allende, por la desmedida violencia que presuntamente utilizaron.
“El grupo disidente presuntamente traslado a Hidalgo a un grupo de choque integrado por aproximadamente seiscientas personas vecinas del Estado de México y al ser advertidos de ello, los trabajadores y algunas de nosotras solicitamos el auxilio de la fuerza pública al municipio de Tula de Allende y al gobierno del estado, sin embargo, fuimos ignorados”, indicaron las informantes.
Mencionaron que la tragedia que ocurrió, de ocho muertos y 12 heridos, se pudo evitar.
Lamentaron que no hay garantía de que el grupo disidente no vuelva a atacar la planta cementera y los pobladores merecen tener tranquilidad, luego de que han pasado por situaciones difíciles como la pandemia causada por el Covid-19 y la inundación por el desbordamiento del Río Tula, ocurrida en el mes de septiembre del año anterior.