En los semáforos y cruceros de los municipios de Actopan e Ixmiquilpan, los migrantes se paran para pedir una moneda, así lograr su sueño de cruzar la frontera Norte entre México y Estados Unidos.
Los migrantes centroamericanos portan cartulinas o banderas, para motivar a los automovilistas, paseantes o transeúntes a que les brinden una ayuda, algunos de ellos les dan un peso, cinco o veinte, como sinónimo de nobleza.
Ellos dicen provenir de países como Guatemala, Belice y Honduras, algunos viajan solos, otros con sus familias, hombres, mujeres o niños, en sus rostros se ven cansados, por el viaje desde hace muchos días.
En su estirpe se ve esperanza y fe para cruzar el territorio mexicano, llegar a la frontera norte con Estados Unidos, atravesar el desierto y el Río Bravo, en los rieles del tren, o en las cajas de tráilers para llegar al territorio norteamericano.
“Pana regálame una moneda por favor, soy hondureño y tengo tres días sin comer” dicen los migrantes quienes esperan bondad, aunque sea un peso, y de peso a peso, juntar para la comida.
Según la versión de los centroamericanos, lo que juntan en los semáforos, es sólo para comer, ya que para el transporte piden raite, con los traileros que viajan hacia los estados de Nuevo León, Coahuila o Chihuahua.
Por estos municipios pasa la carretera Panamericana o número 85, que llega viene desde la Argentina y llega hasta Alaska, por lo que es transitada por vehículos que viajan hacia el Norte del País.
El Valle del Mezquital, es uno de los principales expulsores de connacionales que deciden arriesgar su integridad para mejorar sus condiciones y calidad de vida, por lo que esta región tiene una cultura migrante.
Dato: Por estos municipios pasa la carretera Panamericana o número 85, que llega desde la Argentina hasta Alaska.