TULA DE ALLENDE, HGO.-“A pesar que mi familia y yo resultamos damnificados en la pasada inundación que ocurrió hace cinco meses en esta ciudad, personal del gobierno federal solamente nos ha dado un colchón y eso es insuficiente como apoyo y hasta el momento no nos han dado dinero ni otros muebles que prometieron como ayuda y en la contingencia perdimos todo nuestro patrimonio y productos derivados de miel que vendo en la calle y me da coraje que autoridades gubernamentales no nos ayudan”.
Así lo aseguró, ayer, Román González Estrada, quien agregó que debido a que tiene que mantener a sus tres hijos y esposa, pidió dinero prestado para adquirir miel y poder venderla, ya que el gobierno federal no los ha apoyado como debe de ser.
“De que sirvió que autoridades federales censarán a mi esposa Isabel Gonzales Leocadio luego de que paso la inundación aquí, si hasta ayer nada más le habían dado un puro colchón y no le han dado los diez mil pesos, estufa, base y refrigerador que dieron a los demás damnificados de Tula” indicó el hombre, vecino de la céntrica calle Leandro Valle.
Román González precisó que después de ocurrir la pasada contingencia, se fueron a vivir con unos conocidos a la parte más alta de la colonia 16 de Enero de esta ciudad sus tres menores hijos, su esposa y él.
Mencionó que en la calle Leandro Valle rentaban una casa en una vecindad y por las aguas negras del Río Tula todos sus muebles se echaron a perder, entre ellos cama, estufa, sala, televisión, refrigerador, microondas, ropa y trastes de cocina, así como cincuenta botes de veinte litros con miel y productos del polen que comercializa en la vía pública.
El quejoso expresó que ayer acudió a las canchas de la Unidad Habitacional Pemex donde se estaba entregando muebles a damnificados, pero personal le dijo que a él no le podían darle algo hasta el momento y a ver si alcanzaba luego.
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Hizo un llamado a representantes de la Secretaria del Bienestar del gobierno federal para que solucione su situación lo más pronto posible, ya que a su consideración, diez mil pesos y muebles no equivale a todo su patrimonio que forjo durante muchos años de su vida y que perdió en la inundación que aconteció la noche del pasado seis de septiembre del año anterior.