Tulancingo, Hidalgo.-. Caminando, en tren o en carruajes, enantaño, se turisteaba en Tulancingo, era un punto muy visitado porpersonas que venían de paso y pernoctaban. En los siglos XVIII yXIX, se intentó hacer un censo de mesones y posadas de la ciudad,con el objetivo de informar a los turistas que arribaban a estaciudad. Llegaban, por ser paso hacia otros puntos de México. Y,buscaban un descanso mientras se dirigían a su destino. En supaso, disfrutaban de lo que ofrecía esta tierra, principalmente,la gastronomía y su gente hospitalaria. Pero además, a adquiriralgunas tierras o visitar a sus familiares, algunos de ellos deprocedencia española. El cronista de la ciudad, Mario de laFuente, (extinto), mencionó que en Tulancingo se encontraba lapropiedad del señor Barrigán o Barragán, llamado el "HotelCortés”, lo que ahora es la calle Primero de Mayo, muy cerca deManuel Fernando Soto, arteria conocida como: Iturbide. El turismoen aquella época contemplaba la famosa "Casa de Diligencias”,que funcionaba como una posada o albergue. Era solo de paso, talvez por una noche. Las investigaciones del extinto Cronista, quedejó en el Archivo Histórico, cuando fue director, sin duda, sonvaliosas como un gran legado a nuestra ciudad. Muchas de esashistorias compartidas, con este medio de comunicación. Destaca quepara el siglo XIX, se creía que había casi 30 mesones quebrindaban alojamiento a los visitantes. No todos se hospedaban enellos. Por ejemplo, quienes ostentaban algún puesto orepresentatividad, los llevaban a grandes casonas, tal y comosucedió con el emperador Maximiliano de Habsburgo, quien junto conCarlota, pernoctó, en Tulancingo.
Tulancingo, Hidalgo.-. Caminando, en tren o en carruajes, enantaño, se turisteaba en Tulancingo, era un punto muy visitado porpersonas que venían de paso y pernoctaban. En los siglos XVIII yXIX, se intentó hacer un censo de mesones y posadas de la ciudad,con el objetivo de informar a los turistas que arribaban a estaciudad. Llegaban, por ser paso hacia otros puntos de México. Y,buscaban un descanso mientras se dirigían a su destino. En supaso, disfrutaban de lo que ofrecía esta tierra, principalmente,la gastronomía y su gente hospitalaria. Pero además, a adquiriralgunas tierras o visitar a sus familiares, algunos de ellos deprocedencia española. El cronista de la ciudad, Mario de laFuente, (extinto), mencionó que en Tulancingo se encontraba lapropiedad del señor Barrigán o Barragán, llamado el "HotelCortés”, lo que ahora es la calle Primero de Mayo, muy cerca deManuel Fernando Soto, arteria conocida como: Iturbide. El turismoen aquella época contemplaba la famosa "Casa de Diligencias”,que funcionaba como una posada o albergue. Era solo de paso, talvez por una noche. Las investigaciones del extinto Cronista, quedejó en el Archivo Histórico, cuando fue director, sin duda, sonvaliosas como un gran legado a nuestra ciudad. Muchas de esashistorias compartidas, con este medio de comunicación. Destaca quepara el siglo XIX, se creía que había casi 30 mesones quebrindaban alojamiento a los visitantes. No todos se hospedaban enellos. Por ejemplo, quienes ostentaban algún puesto orepresentatividad, los llevaban a grandes casonas, tal y comosucedió con el emperador Maximiliano de Habsburgo, quien junto conCarlota, pernoctó, en Tulancingo.