“Ni sabemos dónde hay que apuntarse para las vacunas esas que dicen”, refiere una mujer de avanzada edad, que comercializa sus hortalizas que ella misma recoge del campo.
Originaria de la comunidad de Coyametepec, Acaxochitlán, María, agrega que a ella nadie le ha dicho nada y tampoco se ha enterado cómo podría inscribirse ya que no sabe leer ni escribir. En su comunidad, son contados los que tienen Seguridad Social y nadie tiene computadora.
“Yo no entiendo lo que es internet porque ni para un celular me alcanza. La verdad yo soy humilde vivo de mi cosecha así que yo creo que ya no alcancé la vacuna”
Además, se enfrenta a otro problema, no tiene apellidos, solo su nombre. Por lo que no posee CURP y descarta que vaya a recibir el beneficio del biológico contra el COVID-19.
Y prefiere lo poco que gana vendiendo su té de limón, nopales y huevos de rancho, designarlo para la comida que para pagar porque alguien la inscriba a lo de las vacunas.
Ella apenas obtiene unos 150 pesos a la semana de vender lo que recolecta “por eso me preocupo por vender mis cositas, a mi edad, ya no tanto por la vacuna”
Respecto de la distribución de usuarios de telefonía celular en los ámbitos urbano y rural, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, (INEGI) cita que en el área rural, el porcentaje de usuarios de telefonía con internet es de 58.9 por ciento lo que corresponde a 15.3 millones de personas en todo el país.
Esta mujer es una de las 24 personas que tienen más de 60 años de un total de 409 habitantes que viven de la citada localidad indígena.
Y de acuerdo con datos obtenidos sólo diez personas tienen atención médica por el Seguro Social. En tanto que la estructura económica cita que no hay viviendas con computadora, según nuestromexico.com