Metepec y Singuilucan, son un referente en cuanto a las haciendas que fueron escenarios de batallas y de bastiones de la economía en durante los siglos 18, 19 y 20.
En la época colonial, alrededor de la hacienda de Tortugas, surgieron algunos caseríos que dieron origen a la localidad de Estación de Apulco.
El historiador hidalguense, Raúl Guerrero, en una de sus narrativas, refiere que la historia de esta demarcación, también contempla la Hacienda de Apulco, que perteneció a don Diego de Rodríguez por derechos que le concedió el Virrey don Antonio de Mendoza en México, el 14 de junio de 1542.
Existe unida a ella, una venta famosa establecida el 20 de diciembre de 1605.
Esta localidad, que en los siglos 19 y 20 llegó a tener gran auge, por ser importante centro ferroviario.
Durante Revolución Mexicana, esta demarcación, fue campo de batalla entre los obregonistas e insurgentes y la estación del ferrocarril, fue incendiada en marzo de 1920.
Vecinos de la ranchería de Apulco y Temaxcalillos, solicitaron al entonces gobernador del estado, Nicolás Flores, que se dotara de tierras a los agricultores de la localidad en cantidades suficientes para sus necesidades, porque en su mayoría, carecían de espacios para sus cultivos.
Por lo que respecta a Singuilucan, Hacienda de Cuyamaloya se localiza en la comunidad de Matías Rodríguez.
Actualmente, cuenta con corrales y gran parte de lo que fuera una gran fortaleza, hoy se encuentra abandonada y prácticamente en ruinas.
Tiene restos de basas de cantera; la fachada principal, está marcada por balcones con remates conopiales, repetidos a lo largo del parámetro. La clave del arco de entrada tiene como inscripción la fecha: Marzo 15 de 1881.