La detección de enervantes es la función principal del grupo policial canino de Tulancingo y entre sus más recientes logros está, la localización de tres personas con posesión de presunta droga en distintas colonias del municipio.
Este equipo apoya en puestos de control y en recorridos que realizan los oficiales.
La unidad está en operación desde el 2003, a cargo de la dirección de Seguridad Pública y actualmente está integrada por ocho perros, informó el director de la corporación, Fernando García, quien agregó que se cuenta con equipo táctico para ataque y defensa.
Los perros son entrenados alrededor de hora y media por día y su jornada de trabajo es de tres horas diarias para no agotarlos.
El Cuervo, Alfa, Nick, Airon y Dark tienen un año tres meses, mientras que Escot y Oda, dos y el mayor es DraKo, que tiene cuatro años y medio.
Los animales son de las razas pastor belga malinois y pastor holandés, de los cuales seis son machos y dos hembras.
Expuso el entrevistado que las recientes detecciones se registraron del 15 de diciembre a la fecha.
Cuando los animales hacen alguna detección son motivados con un premio a base de carnaza y en el área de caninos juegan con ellos.
Explicó que la unidad canina está comprendida por dos turnos con cinco policías en cada uno y actualmente dos elementos de cada turno, son los que tienen la capacitación, mientras que seis más están comenzando y la idea es que los diez estén preparados para que cada quien tenga su propio perro.
Los animales son cuidados por los mismos elementos del grupo canino quienes recibieron capacitación por parte de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Policía Estatal y ahora replican los conocimientos con sus compañeros.
Adelantó que la instrucción del Secretario de Seguridad Pública, capitán Guerrero, es poner en marcha otra vez el área de adiestramiento, no solo para el canino sino para toda la policía, con la intención de que estén actualizados y todos tengan los conocimientos para el manejo de los perros.
En el Cuartel General los ocho perros tienen sus jaulas con las medidas necesarias, dos metros y medio por dos y medio, aproximadamente, donde tienen su casa para resguardarse y para que el animal este cómodo.
La vida útil de cada perro, dijo, es de entre cinco a seis años y después lo que se hace normalmente es que su entrenador lo pide en adopción y se hace una ceremonia en la que se le da un reconocimiento al animal y es adoptado.
En este caso, mencionó, a Drako solo le restaría año y medio de vida policial activa y una vez que se diera de baja se tendrá que buscar su remplazo.
Un veterinario los visita de manera periódica y está pendiente de su calendario de vacunación y alimentación, la cual se basa en croquetas con la intención de evitar una descompensación en su sistema digestivo, expuso el director de la Policía en este municipio.
Consideró que es una unidad de mucho apoyo, ya que en los puestos de control la población coopera más al ver a los animales, ya que sabe que tienen el adiestramiento para la detección de enervantes y es muy disuasiva la presencia del can, concluyó.